Llegan a las esquinas con sus bocinas, a imponer la palabra de su Dios, a su forma, en un irrespeto no solo a las demás religiones sino a la vida normal de los habitantes de los lugares donde llegan. No piden permiso, dicen llegar en nombre de Dios y basados en una libertad religiosa que ellos solo permiten: «o ellos no nadie».
Leer más