Diez y Ocho escuelas laborales cerradas o en manos de políticos, multiusos secuestrados por «dirigentes», publicidad por toda la ciudad que ni era legal, ni pagaba arbitrios, negocio de la recogida de basura ineficiente y en manos privadas, recaudaciones municipales «tercerizadas» y sin contrato, cementerio con nichos municipales destrozados y abandonados, sin registro actualizado y «húmedos», con un terreno que incluso, fue invadido por algunos sectores, hasta vendieron calles. Un pequeño párrafo describe, en lo que pudiera ser casi un libro, cómo sobrevivía una ciudad sin orden y donde se…
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