Si, vienen las elecciones.
Todo apunta a que el actual Alcalde quiere reelegirse, y comienzan a aparecer nombres dentro de su partido con cierta, alguna, o ninguna simpatía.
Hasta ahora se manejan los nombres de Karen Ricardo, Francis Gas (Domingo Barett) y Luis Alberto.
KAREN fue al contrincante de las supercuestionadas encuestas que terminaron abruptamente favoreciendo a Alfredo Martinez (El Cañero).
Hace poco, otra vez, manifestó su deseo de competir nuevamente y en las redes «le dieron hasta con el cubo», acusándola, los propios militantes, de no bajar a las bases, e incluso algunos se expresaron con palabras muy duras sobre ella, lo cual contradice la imagen cándida que hacia afuera muestra… habría que ver si las opiniones leídas con tanta saña contra ella podrían ser, o un ataque dirigido o el sentimiento de los militantes que deben votarla.
Karen, como quiera, logra mostrar un perfil potable, pero muy vulnerable.
En el caso de Domingo Baret, conocido por todos como Francis Gas, empeñado en buscar la transformación del perfil e incluso de su «alias», no pasa de su Circunscripción y poco se le ve en otras zonas. El tiempo avanza si quieres alcanzar logros a nivel municipal, ya está tarde, casi, muy tarde.
Si aspira a la alcaldía tiene que comenzar a construir equipos fuera de su demarcación histórica pues sin esos amarres no solo no se llega al final sino que menos competir contra los que están. No es mandar a su asistente, es «ir EL» a los eventos.
Luis Alberto aparece como el más «apacible» y quien sabe, potable dentro del partido, manteniendo una fundación especialista en clientelismo, dar, dar, dar, claro, además de planes educacionales, pero siempre pocos en comparación con su «mano amiga».
Los tres poseen un tema fuerte y es la accesibilidad a ellos. En el caso de los hombres poseen fuertes guardas de su persona, para «verlos» a ellos obligado hay que pasar el muro casi de acero de sus asesores que son, al final y al inicio, quiénes dicen a quién se debe ver y a quién no se debe ver.
En todo caso, el que está sentado en el «trono» por ahora, goza del aura de ser accesible, pues, bueno o malo, El Cañero recibe a quien quiera verlo (con agenda, claro) , aun cuando antes de llegar a sus oficinas tengas que cruzar un sinnúmero de personas que te miran fijamente al pasar a su encuentro.
Ya el que «te resuelva» es otro tema…. pero te recibe y eso, en política, es importante. Igual El mismo manipula su celular… curiosamente no deja que nadie «le asista», eso habla, claro, mal y bien. Suena fuerte decirlo pero ver al Alcalde es mucho menos difícil que ver a sus contrincantes y peor, hablar con El o con ello(a)s.
Se sabe que Alberto en campaña visitaba a «compañeritos», pero igual, en esa época, era muy difícil hablar con El si no convencieras a su asistente, de lo cual se quejaban incluso su más cercano anillo, lo mismo pasa con Francis Gas y Karen. Es casi imposible ver a cualquiera de estas personas sin que alguien este escuchando la conversación… y enterándose.
Igual, en las diferentes redes del municipio algunos funcionarios del alcalde están «pero no están»… si no hablan en las redes algo es, o no les interesa el tema o están de mirones… y cualquiera de ambas actitudes, es dañina.
Los funcionarios y aspirantes deben comunicarse… la indiferencia acumula regaños y un día explota.
Si, hay mil y una quejas de El Cañero, incluso quien escribe tiene unas 15, primero la forma en que llego ahí, pero quien quiera llegar debe saber que la política tiene su tiempo, hay que trabajar desde ahora y no es «dando» que se convence o se crean lealtades, es escuchando, es compartiendo un café sin mirones, es recibiendo las quejas y los alagos de forma frontal y valiente, y es ahora, ahora, que hay que hacerlo, no cuando este el tema de «llenar formularios» de «voten por mi»….
¿cuál lealtad puedes crear si solo me has regalado cosas, o cada vez que te veo es en compañía de personas?. Mañana otro me regalará… solo el compartir hace, en estos tiempos, la diferencia.
Hoy son tiempos de redes, de comunicación horizontal, del dime y te escucho, del te escucho y te digo, del intercambio de sudores y un café. Igual que El Cañero debe aprender a no ir a los lugares con «comitivas», los candidatos a «tumbarle» de ahí están en las redes pero no hablan, no se comunican, mandan a sus asistentes y así solo pierden, deben aprender a que los «compañeritos» necesitan algo más y es ahora.
La batalla por la Alcaldía ha comenzado…
