El alcalde Dioris Anselmo Astacio prometió, durante un encuentro con deportistas, un millón de pesos en premios que olvidó pagar. Sin embargo, en medio de la euforia de quienes no se daban cuenta de que estaban siendo engañados, también prometió irresponsablemente mil becas universitarias a los voleibolistas, una cifra descomunal y fuera de las competencias de la Alcaldía.
Es posible que el alcalde sueñe con ser Ministro de Educación Superior, pues la Alcaldía no tiene potestad para gestionar ni otorgar becas universitarias. Estas promesas reflejan una desconexión con las responsabilidades reales de su cargo.
El administrador de la ciudad, con una aparente mitomanía incontrolable, continúa prometiendo de manera irresponsable recursos del presupuesto municipal, a pesar de saber que la gestión enfrenta serias dificultades financieras y múltiples compromisos incumplidos. No obstante, parece incapaz de evitar caer en la mentira.
A pocos meses de su mandato, las promesas incumplidas de Dioris Astacio ya han empezado a irritar a la comunidad cristiana, que no ha dudado en criticarlo, acusándolo de «embustero», como se escuchó recientemente desde Azua.
La ciudad parece estar condenada a soportar una administración marcada por la falta de credibilidad. Ante este panorama, sería prudente que el alcalde comenzara por pedir disculpas a los deportistas y, posteriormente, a toda la comunidad. Quizás lo más urgente sea buscar ayuda profesional que lo capacite para evitar mentiras públicas, al menos, con el propósito de completar su mandato sin que algún ciudadano engañado se sienta lo suficientemente irritado como para actuar en su contra.
@Fdo_Buitrago
Fernando Buitrago
15/11/2024