Alcaldía de Santo Domingo Este 2024/2028, un salto al vacío

Nunca, como ahora, un municipio ha tenido la percepción de estar entre opciones que no representan, bajo ningún concepto, muestras de progreso, sino de todo lo contrario, atraso.

Independientemente quien sea el candidato, el votante va desde aceptar lo que cada quien es, pero convencido que el territorio puede caer desde una espiral de malos servicios hasta qué grupos ávidos de tomar lo que no es de ellos, arropen las estructuras de la Alcaldía y la desfalquen.

Ninguno de los candidatos, incluso los que desde lo «visual» se muestran apacibles y otros, «jabladores», «charlatanes», dan confianza al elector de que tendremos un período de estabilidad y progreso.

Santo Domingo Este se construyó en tiempos balagueristas y, luego de ahí, se abandonaron las principales plazas, parques, espacios públicos, hasta el punto que, luego de la división a municipios, ni los alcaldes que llegaron sabían los tesoros que albergaba el territorio, ocultos por el caos y el abandono.

La falta de conciencia del rol que debe tener un alcalde, era evidente.

Manuel Jiménez se dio a la tarea, en medio de un sandwish denostativo, ataques de la oposición, pero sobre todo, de campañas internas desde las filas de su propio partido que no aceptaron el «no reparto del presupuesto municipal como forma de gobierno», rescatar espacios emblemáticos del municipio y acercarlos a la necesidad de referencias turísticas y patrióticas.

Una ciudad es apetecible al turismo y muestra desarrollo, por sus lugares históricos, culturales, deportivos.

Hoy, se ha comenzado una ruta de sacar a Santo Domingo Este del atraso durmiente, de ser solo un dormitorio, hasta convertirlo en una ciudad turística, con las riberas del río saneadas y dando prioridad a sus lugares emblemáticos, incluso, dando nueva vida con rutas incluso por el río y pronto, estará habilitado hasta el Cachón de la Rubia, con un concepto ecológico único en el país que, junto al primer parque urbano ecológico, colocaran al municipio en vanguardia.

Por desgracia, los candidatos a Alcalde poseen poco conocimiento del rol, se «matan» entre ellos a ver quién sabe más qué hacer con la basura y autoengañandose, acusándose de buenos gerentes sin entender nada de que significa ser «servidor público».

La percepción de la población de que, como sociedad, el municipio retrocederá, es creciente, siempre esperando que cuatro años pasarán rápido y tal vez confiados en que después de la tormenta, mejores momentos vendrán.

Por ahora, sin embargo, la sensación de salto al vacío, al abismo de no hacer lo que hay que hacer en pos del desarrollo, es general, sea cual sea la opción a alcalde que termine pariendo el que, desde ya, será un fatal 2024.

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