Luego que el regidor y presidente del Concejo, José Ramón Jiménez, fuera sometido, devuelve los expedientes administrativos que retenía de forma ilegal en su oficina, obstruyendo procesos que han afectado el funcionamiento de la ciudad.
Los documentos no pueden ser «revisados» por nadie cuando pasan por Contraloría, solo por el Contralor, quien tiene dos días hábiles para chequear si lo expuesto en cada expediente, que pueden ser pagos de nómina, contratos, pago de deudas, todo, y es esa figura «constitucional» quien decide si continúa el expediente su camino o debe ser devuelto para rectificaciones de algún tipo.
Recordar que el presidente del Concejo de Regidores, luego de ser sometido, alegó que la Alcaldía lo hacía porque él estaba «denunciando» supuestas irregularidades, cuando, lo real, era que él estaba deteniendo ilegalmente documentos, usurpando funciones, violando leyes e incluso, la propia constitución de la república y se montó un show con la llamada «prensa nacional» para denigrar a la Alcaldía mientras que él se hundía en un sometimiento.
Las alegadas «denuncias» contra el mal funcionamiento de la Alcaldía «gritadas» por José Ramón Jiménez desde la violada solemnidad de la Sala Capitular y seguida por varios regidores más que demostraron no saber nada, o poco de cómo funciona el estado, que podrían llevar sometimientos, no han sido expuestos, hasta la fecha, por ningún tribunal contra esa institución y además, contra el alcalde Manuel Jiménez.
La audiencia había sido suspendida la semana pasada y reenviada para este viernes, al constatar que la parte «sometida» no había notificado a quien le somete, como manda la ley, en tiempo y forma.
El detener el proceso con «solo» «terminar» la ilegalidad de la retención de estos, demuestra que el empeño no fue hacer daño personal, sino dejar que el funcionamiento de la ciudad en cuanto al camino de los expedientes continuara su curso, según lo estipula la ley.
Cabe preguntar, cuáles eran las razones reales para que un regidor, investido en un poder, viole las leyes y se exceda, sin que nadie pudiera intervenir en convencerlo de que su «martillo de orden» posee «sonido limitado» y no puede suplantar los roles de una figura constitucional como el Contralor.
Por desgracia ´para la ciudad de Santo Domingo Este, los resentimientos políticos y las ansias de poder han sido un obstáculo bochornoso en el funcionamiento del órgano legislativo de la ciudad, entretenido en tópicos que en nada ayuda a una ciudadanía, votante, necesita de soluciones y que todo fluya según la ley.
Concluye así, por ahora, este desdichado proceso que demuestra cómo un poder dado puede convertir a los entes políticos en extremistas, capaces de creer ellos que son los llamados a imponer la ley, estando por encima de ellos, hasta que la verdadera demuestra donde es que se decide lo que está bien y está mal, quien está en lo correcto y quien equivocado.
