Por Ramón Peralta
Este diciembre, en mi alma buscaba la luz de la alegría, me resistía a dar voz a noticias que destilaran pena y amargura sobre los corazones de los habitantes de Santo Domingo Este. En mi mente, deseaba que este mes fuera un tiempo de consuelo, un espacio para componer una melodía que alegrara las almas, o tal vez contar una historia de esperanza que encendiera alguna chispa de motivación. Pero, no puedo, ni debo, callar ante el abandono de lo que alguna vez fue una de las iniciativas más prometedoras en la formación técnica de nuestros jóvenes, una esperanza que, con el paso de los meses, esta agonizando en la oscura indiferencia del ayuntamiento de Santo Domingo Este. Un proyecto que el extinto regidor Abel Matos amaba con la misma intensidad que amó a su comunidad
La Alcaldía de Santo Domingo Este esta abandonado uno de los proyectos de formación técnica más importantes en la región, la escuela de lutiería que fue inaugurada durante la gestión anterior en el sector Los Tres Brazos, lo que ha generado inquietud entre los habitantes del municipio.
El proyecto, que surgió como una iniciativa para capacitar a jóvenes en el arte de la lutiería, fue diseñado con el objetivo de formar entre 20 a 30 nuevos lutieres, crear una cooperativa de producción con los graduados y, en un futuro cercano, establecer alianzas con el Ministerio de Educación para proporcionar instrumentos musicales a los liceo del municipio.
En la inauguración de los talleres se informó que la escuela fue creada con el propósito de ofrecer formación técnica en un oficio de gran tradición y relevancia para el país, especialmente para las personas de escasos recursos, dado que en la República Dominicana no existen otras escuelas de lutiería para jóvenes de sectores humildes. Muchos de los pocos lutieres dominicanos tuvieron que formarse en el extranjero, en países como España, Colombia o Estados Unidos.
El director de la escuela, Bienvenido Valdez, quien fue traído desde Nueva York para liderar el proyecto, es uno de los primeros lutieres dominicanos formados por la Organización de Estados Americanos (OEA). Su experiencia fue importante en el desarrollo de la escuela, que, además, fue diseñada por un técnico especializado en proyectos de la ONU. La escuela fue creada con el respaldo de instituciones educativas y un plan de colaboración con universidades y centros de formación profesional para certificar a los estudiantes.
A pesar de los avances en el proyecto y las conversaciones previas con el Ministerio de Educación para que los graduados pudieran formar bandas de música en las escuelas con instrumentos fabricados por ellos, el proyecto ha quedado estancado debido a la falta de apoyo por parte de la actual administración municipal.
El abandono de la escuela ha dejado en el aire la posibilidad de que estos jóvenes puedan obtener su certificación oficial y continuar con el desarrollo de su oficio. Para los involucrados, lo que hace pocos meses parecía una realidad consolidada, hoy es solo un sueño lejano que se desvanece debido a la falta de seguimiento y compromiso por parte del gobierno local.
Las expectativas eran altas, y se proyectaba que los graduados pudieran formar parte de una cooperativa de lutieres y colaborar en la producción de instrumentos para las escuelas del municipio. Sin embargo, la desidia y la falta de interés del ayuntamiento parecen estar acabando con lo que muchos consideraban una oportunidad única para los jóvenes de Santo Domingo Este.