Un escrito del colega Roberto Veras sobre los cuestionamientos éticos de los funcionarios que han sido separados del tren gubernamental, causa excelente reacción pues estos temas deberían ser la constante de los políticos dominicanos y, claro está, es lo más escaso, con honrosas excepciones.
Sin embargo, detectando las caras y menciones, hay tristeza pues en la lista aparecen personas que poseen un excelente comportamiento ético en sus vidas y el poder les hizo equivocar el carril, y caer en la trampa de lo políticamente pero sobre todo ético, incorrecto.
Aun así, en la lista aparece el nombre de Katy Baez que no fue ni destituida ni acusada nunca de indelicadezas o falta de ética.
Katy reemplazó al ex-director Adan Peguero a quien, por cierto, no le han terminado las explicaciones de su caso, depositándolo en un injusto limbo pero nombrado y obligado a retirarse al fin. Katy asume en forma interina e hizo, hasta donde se sepa, bien su trabajo, aunque este no bastó ni para ser ratificada en el cargo oficialmente o darle otras funciones, simplemente, el presidente así lo decidió.
Una decisión del presidente no tiene que ver con que la persona faltara a lo ético y que tuviera que retirarse o ser destituida, en este caso, ni uno ni otro.
La justicia debe ser siempre el camino a seguir por los textos y, aunque pondero el 99% del escrito del colega, creo es menester aclarar este caso.
Al final, el resultado para Santo Domingo Este ha sido desastroso en lo que tiene que ver con los funcionarios con cargos en el tren gubernamental que no pudieron continuar y eso, que la lista, está incompleta.
