La Calle Principal del sector El Almirante, en Santo Domingo Este, atraviesa un evidente proceso de arrabalización debido a la permisividad de las autoridades locales frente a negocios ilegales que han invadido las aceras. Esta situación dificulta la movilidad peatonal y genera un caos urbano que afecta la calidad de vida de los residentes y el orden de la zona.
Lo que en principio eran pequeños puestos informales se ha transformado en un descontrolado mercado que ocupa por completo las aceras destinadas al tránsito de peatones. Frutas, ropa, comida rápida e incluso talleres improvisados han convertido esta importante vía en un espacio de desorden y peligro. Los transeúntes se ven obligados a caminar por la calzada, exponiéndose al tráfico vehicular, mientras los comerciantes ilegales operan sin restricciones. Este fenómeno no solo refleja la falta de planificación urbana, sino también la aparente indiferencia de las autoridades responsables de regular el uso del espacio público.
La invasión de las aceras tiene consecuencias negativas para la comunidad. La movilidad se ha visto gravemente afectada, especialmente para familias, ancianos y personas con discapacidad que no encuentran un espacio seguro para transitar. Además, la calle, que debería ser un eje central de desarrollo, se ha convertido en un foco de caos que desvaloriza la zona y desalienta la inversión. Por si fuera poco, los residuos generados por estos negocios ilegales contribuyen al deterioro ambiental, mientras la falta de regulación incrementa riesgos como incendios y conflictos entre comerciantes y residentes.
A pesar de las reiteradas quejas de los vecinos de El Almirante, la Alcaldía de Santo Domingo Este parece haber ignorado el problema. La ausencia de operativos para desalojar a los comerciantes ilegales o regular el uso de las aceras evidencia una preocupante falta de interés por parte de las autoridades locales.
La recuperación de la Calle Principal de El Almirante requiere medidas urgentes y coordinadas. Es necesario que las autoridades municipales realicen operativos para despejar las aceras invadidas, ofrezcan alternativas para los comerciantes, como mercados regulados, y establezcan planes de ordenamiento territorial que prevengan el crecimiento descontrolado de negocios informales. Si no se actúa a tiempo, este problema continuará escalando, afectando no solo a los residentes del sector, sino también al desarrollo general de Santo Domingo Este. La comunidad exige respuestas y soluciones concretas para devolver el orden y la dignidad a sus espacios públicos.