Se escuchan mil historias de la forma en que Juancito controlaba a los «legisladores locales» incluso a quienes publicamente le adversaban aunque es cierto que algunos se escaparon del cerco… se salia con la suya.
Lo mismo pasó en épocas del Cañero, los regidores, domados, de los partidos mayoritarios fueron confrontados y no en todo, por los de aquel pasillo con oficinas a ambos lados que guardaban a los del Toro y el Frente Amplio.
Las historias de los tiempos de Domingo se perdieron en la afirmación de la fuerza que ejercía Dellys más, los cuentos de las idas y venidas, comisiones, peleas y demás, ya las consumió el tiempo.
Estamos en los tiempos de Manuel que llegó sin prometer nada… escrito, con un slogan que casi nadie entiende… (Ciudad Justa y Creativa) en un contexto municipal donde el dame lo mio y el invento se ha combinado para ser normal.
Justo la juramentación de los directores quiso ser implosionada por algunos regidores de la bancada del PRM para demostrar al alcalde quién mandaba en el edificio y con la resistencia de los morados al cerco, este se impuso y la presión no surtió el efecto deseado.
Llegó el día del primer informe del Alcalde, donde recortaba barrilitos pero aumentaba salarios a empleados, hablando de cuán desordenado estaban las finanzas y el asombro de los regidores, no se hizo esperar. Ese día, todos llegaron en hora aunque el incumbente primero que todos.
El poder legislativo poco a poco, acostumbrado a «como era antes» le trató de buscar el lado al ejecutivo y este empeñado en trazar la linea lo suficientemente alta y pesada para que se enterasen que no aceptarían incursiones de un poder en otro ha desembocado, irremediablemente, en conflictos.
Las sesiones se volvieron tardías, desorganizadas, caóticas, incluso hasta la suspensión de estas, con regidores que se empeñan en figurear y otros que se exceden en descalificaciones mientras que las declaraciones de la vocera del PRM desemboca en que el alcalde pierda los estribos, porque el nivel de confrontación ha escalado a niveles que aun no han explotado como deberían pero que enfrenta a Leones y Tigres que por el bien del municipio deben saber que tienen que tornarse corderos o al menos, poner el municipio por delante.
Los regidores son legislativo y fiscalizador, no administran, son la contraparte del alcalde y este es el encargado de administrar la ciudad según las ordenanzas emanadas del legislativo y fiscalizadas por estos, pero ni la Alcaldía pertenece a los regidores ni el Legislativo al alcalde y, aunque esa era la práctica antaño, donde, en teoría, existía una «cofradía» que por ejemplo, nunca estudio la sobreevaluación del propio nuevo edificio del ayuntamiento, es hora de que Leones y Tigres cuiden sus espacios y se dediquen, todos, desde los asientos, a trabajar por el municipio y dejen sus problemas personales fuera de sus empleos que pagamos todos.