Desde antes que Manuel Jiménez ganara las elecciones, ya se hablaba de que la Alcaldía le entregaría con un déficit enorme.
Teniendo en cuenta el parque vehicular destrozado y el de camiones, está peor, al parecer la Alcaldía comienza en una situación muy precaria en cuanto a recursos se refiere.
Se sabe, además, que Manuel Jiménez no le tiene «preparado» expediente alguno como un cuasi periodista informara en plena campaña para hacer que el alcalde saliente temiera no apoyar al candidato de su partido… sin embargo, justo a días de asumir, es claro que pronto se le comenzará a pedir cuentas al alcalde entrante quien, sin dinero, necesitará mucha prensa y transparencia para explicar por que si es cierto, entendible incluso, que no tiene dinero, no somete a nadie.
Muchos enemigos del alcalde, para colmos, claman porque el nuevo estese «entretenga» en «tirar piedras hacia atrás», ya sea porque quieren a destiempo luchar por la silla para el 24 o porque entretenido, no acometerá las medidas para lograr, precisamente, una ejecutoria con transparencia, lejos de casos de corrupción.
Hoy, debe saberse, a unos cuantos ex-directores se le podría pedir cuentas por el estado de entrega de sus archivos e inventarios… y esto, a todos los niveles, responsabilidad de todos tipos.
Sin embargo, el vaiven de qué es más importante, avanzar en ejecución del Plan Ciudad o «someter a la justicia»… que además, es caro, a eventuales malversadores de recursos y/o por propiciar malos manejos que llevarán a actos de corrupción, es el gran dilema de Manuel Jiménez y para ello, ojalá, también tenga un plan.