El señor Manuel Jiménez llego al poder acompañados de un arcoiris de fuerzas políticas y sociales, pues el liderazgo del cantautor abarca desde fuerzas moradas, pasando por las verdes y desembocando en las de su partido, junto a Sociedad Civil y mucha clase media organizada, sin embargo, en esa misma medida, y en esas mismas capas, co-habitan los opositores. La oposición a Manuel se pueden describir en dos grandes capas, una es eminentemente política, oposición por oposición, los que su poder fue reemplazado por el «nuevo alcalde» y aspiran a sacarlo, siendo la otra capa de intereses económicos.
Dejando a un lado la oposición «normal», la de los intereses económicos, ligados incluso a corrupción, logra incrustarse incluso, gracias al espectro amplio de un gobierno de coalición, en algunos puestos claves del gobierno municipal.
El alcalde no ha dejado de ser espiado, han tratado de engañarle o manipulado por cercanos que aliados a fuerzas externas e internas mantienen en la voz popu no solo posibles actos de corrupción y uso indebido de los fondos públicos, sino una no despreciable sensación de que en algunas aristas del gobierno y aun la presión que el mismo alcalde produce para que no se ejecute, el tráfico de influencias es palpable.
En una Alcaldía donde su primara figura sea corrupta, reparta el poder, se alimenten todas las cuentas bancarias de los funcionarios y allegados, no hay conflictos como los que se producen cuando se quiere que la Ley sea la que mande y no se roben los dineros públicos, que es el caso.
Funcionarios y funcionarias que se acuñan incluso ser ellos los alcaldes y piden incluso, en escenarios ridículos, ser llamados como tal, actuando de forma despreciable y conspirativa contra la alcaldía, haciendo creer que poseen un poder similar al del Jiménez sin tenerlo.
Un gobierno colegiado, donde los principales adversarios del alcalde tuvieron que ser nombrados por el crisol de voluntades que participaron en campaña, sumado a la no posibilidad real de, al menos de forma impune, lucrarse con los recursos del ayuntamiento, provocando que todo el que fue por una cuota del «pastel municipal» se alistara desde el primer momento para buscar las formas de no hacer de estos cuatro años tiempo perdido de enriquecimiento o de acumulación de poder.
Los que se la «buscan» en un ayuntamiento van desde políticos del propio partido del Alcalde, aliados, regidores, hasta personas que llegaron con la confianza de este por las luchas vividas y el ejercicio del poder los ha enamorado al creerse que ellos son líderes o dueños de algo, incapaces de entender los intríngulis del poder.
La Alcaldía ha logrado, no obstante, sobrevivir a malos directores o funcionarios con cargos importantes con proyectos políticos paralelos.
El Alcalde Manuel Jiménez advertía temprano que muchos acudieron a él a hacerle propuestas que él no podía aceptar, pues aun cuando su discurso de campaña era de lucha contra la corrupción y transparencia, como es político, algunos de incluso, cercanos, no creyeron, por lo tanto el cumplimiento de la Ley además de no permitir lo «mal hecho» han sido una de las principales causas de la guerra contra su persona.
El gobierno local, además, se ha visto afectado por las demoras, justificadas o no, de ministerios y direcciones importantes como PROPEEP, Obras Públicas y Medio Ambiente, entre otros dirigentes de diferentes niveles que han querido presionar a la Alcaldía para conseguir desde empleos, hasta participación, sin licitación, en obras del ayuntamiento incluyendo con el tema de la basura, ejemplo, contratación a dedo de empresas recolectoras, y demás.
El gobierno local de Santo Domingo Este no es comparable, ejemplo, ni con el de Santo Domingo Norte, que pasó de «compañero a compañero» ni con el del Distrito Nacional, que posee las mismas características…en el municipio se ha tenido que desmontar estructuras que no solo llevaban años incrustadas en el eje comercial y la corrupción, sino que tenían planificado prevalecer más allá de las elecciones y el costo ha sido alto.
Es posible que, por manejo político, el alcalde Manuel Jiménez baraje lo «a favor» y «en contra» constantemente, sometiendo al timer (tiempo) las ejecutorias y hasta las esperanzas, desesperando a sus seguidores, a los que, a algunos, «no los ha llamado» (o no los ha podido llamar), a otros, no los ha sustituido luego de varias alegadas «indelicadezas» mientras que queda el grupo que se mantiene fiel a sus promesas y forma de ser, con la esperanza de que en el medio no se cuelen demasiados oportunistas, que ya algunos se pueden contar.
El alcalde dijo un día: «El Orden tiene más enemigos de la Corrupción» pues en Santo Domingo Este no funcionaban los mercados, ni los parques, ni el cementerio, las cañadas llevaban hasta veinticinco años sin limpiar, había enormes vertederos históricos debajo del puente de la 17 y otras zonas de la rivera del Ozama, la vieja barquita, la «carretera de la grúa» y muchos puntos más descuidados por más de una década, y mil problemas más como escuelas laborales secuestradas por políticos junto a multiusos en igual status, juntas de vecinos desactualizadas y con casi dueños eternos, talleres en zonas residenciales invadiendo calles y avenidas, un caos generalizado en el mal uso de los espacios públicos y la desregulación de ilegales en el municipio con serios problemas de seguridad ciudadana y marginalidad.
A todo ello se le suma la falta de recursos para resolver el tema de las inundaciones, filtrantes e imbornales que necesitan mantenimiento o ser destupidos además de un deterioro histórico de las calles y avenidas acrecentado por la ausencia durante casi dos años de Obras Públicas.
Por desgracia, para Manuel Jiménez, los amigos de la prensa con los que durante años construyó amistad se dejaron en su mayoría confundir por las campañas sucias y la maximización de los problemas de la recogida de basura, acrecentados por el «no deseo» del propio alcalde de exponer demasiado para que no dañara al propio presidente Luis Abinader en la culpabilidad en ello de quien seguro ha demorado la solución al problema, el Sr. Neney Cabrera, Director del PROPEEP, junto a conjuras desde sectores de su propio partido que esperaban, de forma ladina, que estuviera lo suficientemente socavado para terminar de destruirlo, incluso, algunos de ellos, con cargos importantes en el gobierno y en el propio partido local.
Todo ello se ha maximizado durante todo este tiempo por la ausencia de planes de comunicación adecuados para, por un lado, no dejar caer la imagen del Alcalde, al menos en la parte injusta, y en la otra, la ejecutoria de la propia alcaldía a las que algunos llaman ineficiente, pero ha logrado cuadriplicar las recaudaciones y, por ejemplo, comprar parques de vehículos, incluso, camiones, con recursos propios y sin préstamos, en tiempos donde por ejemplo, se terminan de pagar las cuotas del edificio sobre evaluado del ayuntamiento luego de un préstamo que excede ya los seis años y que nadie quiere exponer al final, cuanto ha costado.
El principal adversario de Manuel Jiménez ha sido al final los políticos irresponsables, la confianza de él en los que no valían tanto y les ha permitido permanecer en su puesto, demasiado tiempo a sabiendas de sus conspiraciones de todo tipo y la pobre comunicación efectiva que logre expandirse a quienes necesitan ser informados, el pueblo de Santo Domingo Este.
Muchos problemas pudieron haberse resuelto con mejores personas andando al lado de Manuel Jiménez, pero los compromisos de campaña y el cambio del ser humano que se corrompe con el poder han sido temas a analizar, caso por caso.
Santo Domingo Este ha estado en el ojo del cuestionamiento nacional, con prensa pagada por una mezcla del antiguo status cuo que se resiste a ser extirpado junto a los que llegaron nuevos que pretendían seguir en la misma tesitura solo cambiando los actores… horas de TV y Radio, artículos puntuales desde la llamada «prensa nacional» que llega al municipio solo a reportar los muertos y las dificultades de la basura mientras rara vez publican los temas positivos o los rescates de lugares emblemáticos de la ciudad.
Ahora, para colmos, algunos de sus «cercanos» comienzan a hacer campañas políticas con vistas a cargos electivos, con lo que se espera que guste o no, descuiden todo lo pendiente, faltando demasiado tiempo para concluir su gestión.
El Alcalde debe decidir si al fin dará un golpe en la mesa para despojarse de todo el que «esté en campaña» y no trabajando por su gestión, o él sepa que conspira para disminuirlo o para robar, conozca que tratan de ejecutar acciones contrarias a sus lineamientos e incluso, con los que no sepa suficiente al 100% comprometidos si bien hasta ahora ha logrado sobrevivir teniendo el reloj en la mano mientras ejecuta las recuperaciones y acciones, ahora, el juego cambiará a «pelota dura» y sin guantes incrementando todos los peligros y conflictos que hasta ahora, logró sortear.
Un mal manejo de algunos que tienen cargos a su su alrededor a partir de ahora le podria perjudicar en su legado y si bien el staff está repleto de gente muy buena, los «patitos feos» solapados más los «gatitas de Maria Ramos» hacen demasiado daño.