Una entrevista que le diera un aspirante a Alcalde a un medio local, define las dicotomías abrumadoras que posee el dirigente político, pues confunde y no conoce los roles institucionales de los cargos electivos.
Los regidores son legisladores locales: Legislan, crean ordenanzas y resoluciones que basadas en las leyes de la república y en la constitución como base, regulan el funcionamiento de una ciudad. Además, representan los munícipes, o sea, son el canal, o al menos unos de los, por donde cada ciudadano gestiona resolver problemas, la creación de todo tipo, el funcionamiento de la sociedad. El regidor es el vínculo con la administración (Alcaldía) y demás instituciones a donde el ciudadano debe acudir y es la labor del concejal, servirle.
El regidor no está para repartir fundas del Plan Social y ayudar, sino servir además, fiscalizar al ejecutivo.
El diputado tampoco está para «ayudar», sino que es un regidor pero a nivel nacional, legisla, representa y fiscaliza el funcionamiento y la ejecución de los proyectos, leyes y presupuestos aprobados ahí mismo y ejecutados por el presidente y ministros, el aparato estatal.
Un diputado no se le elige para ayudar a nadie.
El Alcalde es el administrador de la ciudad y tiene que poseer en su ordenamiento mental, el rol de este que va más allá de querer parecerse a una iglesia pues las instituciones no son para «ayudar» a nadie, están para «servir» y los que laboran en el estado le llaman servidores públicos.
Es penoso que a estas alturas algunos políticos piensen literalmente en modo «clientelar», que crean que el presupuesto es para «ayudar», seguro, repartirlo entre un club de amigos, son los conceptos que definen precisamente quién esta preparado para ser alcalde, y quién no.
Administrar la ciudad no es ayudar a los ciudadanos, es resolver sus problemas junto con ellos, y los del territorio, gestionar con las demás instituciones que funcione lo mejor posible e impulsar la ciudad, con acciones concretas, hacia el desarrollo que va de la mano con inversiones, deporte, cultura y demás.
El alcalde no es un gestor de ayudas, ni la alcaldía es un club de amigos donde colocar a personas de mi agrado, ni tampoco con el sueldo que se quiera, ni donde se determine con un «plumazo», sin normas, porque la Alcaldía y las demás instituciones del estado están reguladas por leyes que hay que cumplir, si no, cometes errores, que pueden terminar siendo sometido por violaciones a las leyes dominicanas.
Si la mentalidad del alcalde es que quiere ayudar a personas, podría estar pensando en crear una ORG que de cursos de superación, manualidades y demás, o un centro de entrenamiento que prepare al ser humano para generar ingresos, pero administrar una alcaldía no puede estar enfocado a unas cuantas personas sino a todo el pueblo y el territorio