Necesitan emplear compañeros, viven de prometer o dar apoyo, movilizan «dirigentes»… hacen reuniones donde el aspirante tiene que dar al menos «el pasaje», los succionan y despues que los «gastan» los escupen como chiclet mascados.
Pasó en el PLD y pasa en el PRM, al menos en Santo Domingo Este.
Los Chapiadore(a)s gustan de fotografiarse para hacer creer que tienen poder, reciclan sus perfiles de aspirante en aspirante como una plaga de langostas buscando que comer, da lo mismo que sean empleos, cajas o bonos, lo importante es mantener el figureo a tono para que los próximos que aspiren les crean los cuentos porque algo es seguro, son ladinos e inteligentes hasta el punto que convencen a su víctima que «es el elegido(a)» para el cargo cuando solo es el cliente de turno.