Cuando Fidel Castro entró a la Habana alguien le dijo: «Ganamos la Guerra» y el le dijo: «No, la Guerra comienza ahora».
Manuel, incomprendido, un ser con carácter apacible, que a veces siente vergüenza de los desvergonzados y se limita a bajar la cabeza, le renunció a quien nadie se atrevía a renunciar, al PLD… pero muchas personas hoy, cuando esa maquinaria le aplastó y resurgió hasta lograr ser alcalde, no alcanzan a entender, pues, no poseen la capacidad de hacerlo, el perfil «del personaje»… atrapados en la banalidad, en la ambición cortoplacista o la ridícula envidia.
Hoy, cuando le rodean buenas y malas personas, unos con la visión de la ciudad que queremos y otros, buscando desde ya las formas de contar su dinero, recuerdo las palabras que me dijo un día tranquilo, café por medio: «Buitrago… la buena vida es simple».
Hay demasiado que escribir del personaje pero más, hay demasiado que aprender incluso, de sus errores evidentes y para suerte de él, pocos conocidos, pero no seré yo que explique a quienes no son capaces de escuchar por donde ir… es mejor, a sabiendas que la guerra, la verdadera guerra recién comienza, estar en las gradas y si acaso bajar de ellas para darle la mano a alguien.
Manuel sabe, que lo fácil fue ganar la alcaldía y que el tsunami es multicolor, multipartidario e imparable, Manuel ganaba fuera el candidato que fuera pues… todo estaba listo para él.
Es 24, la verdadera guerra de Manuel, para la cual posee un ejercito de un millón 300 mil habitantes listos, ha comenzado.