En alrededor de cuatro años de operaciones sólo ha cumplido con menos del 3 % de lo ofrecido para descontaminarlo
Residentes en el barrio La Ciénaga, a orillas del río Ozama, califican como un engaño el Interceptor 004, una especie de embarcación de alta tecnología instalada en el 2020 para combatir la contaminación de residuos plásticos en uno de los ríos más contaminados del país.
Elio Pérez (nombre ficticio para proteger su identidad) nació y se crió en este barrio. Ha dedicado gran parte de su vida a la pesca en mar abierto y es miembro de la Asociación de Pescadores de la Margen Occidental del Río Ozama. Al preguntarle sobre las operaciones del Interceptor, uno de sus compañeros que se encuentra con él en una pescadería exclama: «¡Eso es un engaño!».
Al menos cinco personas presentes lo secundan.
Pérez explica que no comprenden el verdadero propósito del Interceptor. Asegura que en los últimos dos años solo lo han visto funcionar dos o tres veces y, en más de cuatro años, su uso ha sido mínimo. Señala hacia la rampa dónde sacan sus embarcaciones y comenta que deberían mover el Interceptor unos 50 metros río arriba para no obstruir la zona de salida.
Desde la instalación de una barda móvil que cruza el río entre ambas márgenes, los pescadores han tenido dificultades para salir del embarcadero. «Cuando cierran, se forma un tapón de lilas que bloquea nuestra salida al río; deberían mover el aparato más arriba, donde no moleste».
Ocean Cleanup, la organización que maneja el Interceptor, explicó en mayo del 2023, en un video publicado en Instagram, que, tras tres años de mejoras, se instaló dicha barrera de más de 200 metros de largo, permitiendo que más desechos lleguen al Interceptor y aumentando la cobertura del 20 al 90 % del ancho del río.
El 10 % libre de la barrera debería permitir el paso de los botes de pescadores. Sin embargo, Pérez cuenta que esto no es posible ya que no se dragó esa parte, y la profundidad es insuficiente para que los botes puedan navegar de forma segura cuando no hay lilas.
¿Es realmente un engaño?
Rescate Ozama, una plataforma creada en el 2019 mediante un acuerdo entre el Ministerio de la Presidencia, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y The Ocean Cleanup, trajo a la República Dominicana el sistema de intercepción Interceptor 004 para limpiar los desechos sólidos de los ríos Ozama e Isabela.
Esta iniciativa también cuenta con el respaldo de la embajada de los Países Bajos y la participación del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (Intec), Ecored y la Armada dominicana.
«Ese sentimiento, cuando te das cuenta de que esta basura no llegará al océano gracias a la limpieza del Interceptor 004 en República Dominicana», dijo Ocean Cleanup en sus redes sociales en el 2020.
Rescate Ozama indicó a Diario Libre que, a febrero del 2024, el Interceptor 004 ha recolectado 239 toneladas de desechos, aunque en su sitio web asegura haber alcanzado las 270. La cifra parece importante, pero al promediar su eficiencia, queda muy por debajo de las expectativas con las que fue traído al país.
La entidad considera que la percepción de los comunitarios sobre el funcionamiento del aparato se debe a que la operación del Interceptor es silenciosa y puede no percibirse al ojo común.
Asegura que la barrera, instalada en diciembre de 2022 y operativa desde enero de 2023, ha mejorado la recolección de residuos, incluyendo plásticos y lilas que suelen contener plásticos enredados.
Durante lluvias intensas, el cúmulo de lilas y desechos aumenta, lo que limita la eficacia del Interceptor. Señala que se trabaja en optimizar este proceso. Además, que la posición actual del Interceptor se determinó mediante estudios de batimetría que identificaron la posición óptima según las condiciones del río y el dragado.
En 2020, Rescate Ozama informó que el Interceptor tenía la capacidad de recolectar 120,000 libras de plástico al día (unos 54,000 kg), lo cual liberaría al río de unas 2,300 toneladas de basura al año y evitaría que estos residuos lleguen al mar. Sin embargo, las 270 toneladas recolectadas en cuatro años representan solo el 2.7 % de lo esperado, con un promedio diario de aproximadamente 327 libras de residuos, si hubiera operado regularmente.
«El Interceptor estuvo fuera de operaciones durante la accidentada temporada ciclónica de 2023, en la cual el evento de noviembre (lluvias torrenciales) fue notable», argumentó Rescate Ozama. «Tras ese periodo, en febrero del presente año, el dispositivo estuvo bajo mantenimiento extraordinario hasta finales de junio, y fue retirado en julio por la tormenta Beryl, reanudando operaciones a finales de septiembre».
En junio de 2023, Rescate Ozama reportó a la prensa que el Interceptor había sacado 220 toneladas del río Ozama. Esto significa que desde ese mes a febrero de 2024 recogió un promedio de 174 libras por día.
También informó a Diario Libre que una investigación de caracterización de desechos desarrollada por el Intec «concluyó exitosamente», y los resultados han sido publicados. «Se prevé aportar estos datos al Ministerio de Medio Ambiente para apoyar el reglamento de la Responsabilidad Extendida del Productor», indicó. Sin embargo, Diario Libre solicitó acceso a dichos estudios, pero no fue posible.
Recolección manual versus tecnológica
Oscar Oviedo, director de Vida Azul, una entidad que ha organizado por más de 15 años jornadas de recolección de desechos sólidos en Santo Domingo y otras localidades, dijo a Diario Libre que en el último año recolectaron 165,345 libras de plásticos solo en las playas de Santo Domingo, en 104 jornadas. Esto promedia unas 1,590 libras por jornada. Se había prometido que el Interceptor impediría que estos plásticos lleguen al mar.
«Nuestra opinión con relación a máquinas de limpiar los ríos siempre ha sido bastante clara: Poner una niñera para que le limpie el cuarto a un niño nunca va a hacer que el niño aprenda, Aunque el cuarto siempre se mantenga limpio, pero es gracias a la niñera», dice Oviedo.
«Cualquier máquina que se ponga en el río Ozama -agrega- no tendrá la capacidad suficiente para evitar que las grandes cantidades de plásticos lleguen a nuestras costas. Tenemos que enfocarnos en soluciones preventivas que apunten a la raíz del problema. Hace 40 años no se encontraba una playa sucia porque simplemente no existía la industria del plástico de un solo uso».
Rescate Ozama también había dicho que se movilizarían fondos para desarrollar soluciones comunitarias enfocadas en la gestión de residuos y plásticos en el país, a través del Programa de Pequeños Subsidios (PPS-SGP), una iniciativa que implementa el PNUD a nivel global con recursos del Fondo para el Medio Ambiente Mundial.