La dirección de Espacios Públicos ha sido implacable con su cometido, a pesar de saberse de la existencia de pocos efectivos para una ciudad tan grande y de tantas personas.
Muchas han sido las acciones para desalojar de espacios públicos, poniendo multas incluso, a padres de familias que llevaban años en una esquina, tomando un pedazo de calle o acera que, si bien estaba mal, esta mal y seguirpa estando mal, los años de caos les habian hecho entender que eso era un derecho adquirido.
Sin embargo, no hay forma que el Alcalde de la Ciudad, el Director de Espacios Públicos y el resto de funcionarios que promovieron el cambio y que salen a «cargar» con todo el que incumple la ley, pueda justificar ni el «dealer de la marginal» a solo una cuadra de la Alcaldía ni el vendedor que hasta carpa ahora a puesto justo al lado de la entrada de el edificio.
En el momento que se escribe este documento a nuestra redaccion llega la información que el dealer ha sido removido… sin embargo, con total impunidad el vendedor ambulante debió haber sido el primero en desalojar pues su destino debe ser el de todos, su ejemplo debe ser el primero, se arregla la casa (o casi la casa) y luego se parte, con esa moral, al resto.
Este tema no es la primera vez que se toca sin embargo, su permanencia le quita toda la moral a la actual Alcaldía del señor Manuel Jimenez pues al salir por la puerta los equipos que recorren la ciudad a cargar con «puestecitos» y ponerles multas, tienen que virar la cara para no ver el que tienen casi en la puerta.
¿ Complicidad ?. Puede ser, pero si los demás vendedores ambulantes de la ciudad han tenido que «moverse» y cambiar su lugar al no tener «derecho adquirido» cómo es que este caso, que constituye una burla a todo el sistema, permanezca de forma descarada justo a la vista de todos, ¿ con cuál moral la Alcaldía puede tratar de que se cumplan las leyes y las ordenanzas ?.
Lo que esta bien, esta bien, lo que esta mal, esta mal, la ley es para todos, lo demás, son privilegios y según promesas, en esta gestión, los privilegios no existen…
Un vendedor de cerca, justo cruzando la avenida, al comprarles una empanada y comentarle que le sacarian un dia de ahi porque obstruye me dijo: «¿ Con qué moral me desalojan ?… seguro que es perremeista o es amigo personal del alcalde…», concluyó…