Llevamos más de dos años del actual Concejo de Regidores y no se recuerda asunto que se expusiera la primera vez que no cayera en «dejarlo sobre la mesa» o mandar a comisión.
Tópicos tras tópicos, se empantanan entre manejos erráticos, trampas, traspiés, demoras convenientes e inundaciones de discursos casi siempre sin contenido y muchas ansias de figureos.
Desde el inicio todos los debates, o casi todos, se los ha comido la política, pero en los últimos meses las contradicciones y el acercamiento de la campaña ha hecho que los que han obstruido siempre frente a la pasividad de sus colegas o la casi ausencia de golpes sobre la mesa, acrecienten sus intentos de paralizar las acciones que por el bien del municipio se deberían estar tomando.
Es claro que cuando se escriba la historia este será uno de los periodos peores de la historia del municipio, aun teniendo regidores de mucha calidad, otros de no tanto, otros de ninguna, pero el contexto entero preso de la politiquería que se lo ha comido todo y ha hecho gastar mucho tiempo a la gente buena.
Por desgracia, casi nunca se escriben los oscuros capítulos que han ensombrecido las ejecutorias y que por desgracia, terminan siendo generalizados.
El colmo es que se se aplace la escogencia del «contralor» quien debe ser el eje, el que se le consulta, el asesor, del Concejo.
Malos tiempos para Santo Domingo Este.
Ojalá y el futuro nos depare una mejor suerte con políticos más comprometidos con la ciudad y no con ellos mismos, y otros que se «cansen» temprano y clamen a favor de todos.