Concejo Regidores SDE… entre violaciones y descalabro moral

SUPERATE

La ultima votación a favor de violentar el uso de suelo para construir una terminal en espacios ecológicos hunde el consejo.

Cuando un ser humano toma una posición debe, con valentía, defenderla.

El devaneo y la incoherencia roza la cobardía.

Un ser humano puede cambiar de posición, eso es lógico, la vida, las circunstancias, la realidad, pueden provocar que se reconozca estar equivocado y darle a una decisión y «timonazo» hacia el otro lado.

Sin embargo, cuando se sabe de donde provienen los «tiros» y se cede a presiones de cualquier tipo entonces como humanos caemos en el hueco del desprestigio y se sumerge en el descrédito.

Los regidores de Santo Domingo Este que votaron por permitir la depredación del único pulmón ecológico de Santo Domingo Este reaccionan airados, sus fotos están en todos los medios… se les acusa de actuar por dinero, por miedo o conveniencia … ninguno por convicción, muchos no quisieran incluso tener que haber votado, pero la «papa caliente» estaba en sus manos, la política se antepone frente al mandato de la ciudad de protegerla, al ímpetu del alcalde en sus propósitos de que el ejecutivo destroce el Parque Del Este los arrastra incluso de cara a las próximas elecciones.

Por suerte para la ciudad este tema recién comienza.

El artículo del Waldys Taveras / Consultor Municipal les advierte el sinnúmero de violaciones cometidas en la toma de esa decisión que hará, irremediablemente, inviable la obra, pues es claro que las justificadas demandas legales podrían incluso meter en prisión a alguno de ellos.

Mientras, el ejecutivo, presidido por el presidente de la república Danilo Medina, junto a la mano ejecutora, el Ministerio de Obras Públicas, observa desde las gradas como una mala acción muta el calificativo de «honorables» a irrepetibles descalificativos.

A medida que el Concejo de Regidores se hunde en la ilegalidad y el descalabro moral, las fuerzas vivas municipales comienzan a conocerse entre si, poco a poco, se ponen de acuerdo, incluso bajo coyunturales conveniencias políticas, en defender el único espacio que tiene Santo Domingo Este para disfrutar un domingo y que se quiere arrebatar desde el poder.

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