No sé quién diablos dijo — el hecho que desde chiquito escucho esa máxima—: “No hay nadie tan malo que no tenga algo de bueno”. Es el caso de Joaquín Balaguer, con mil defectos, pero no era ladrón (no dejó herencia económica), no le hacía caso a chismes ni recibía desgaste por culpa de funcionarios, es decir, no “ se echaba vainas por nadie”.
El desgaste de Danilo Medina obedece a diversas razones y una de ellas descansa en mantener a un procurador que miente, miente tanto que el día que diga una verdad nadie la va a creer.
No sólo miente de forma reiterativa sino que es arrogante, atrevido y persecutor. De un atrevido y persecutor no se puede dudar nada, ese tipo es capaz de practicar un atentado en contra de Marino Zapete. De producirse un hecho similar el país se incencia y Danilo Medina podría no llegar al mes de agosto en la Presidencia de la República.
La información que tengo es que Danilo Medina no es mala gente, que cuando era secretario de la presidencia resolvía problemas, que memorizaba nombres y apellidos de peledeístas y siempre estaba dispuesto a servir. Inclusive llegó a cultivar buenas relaciones personales con líderes y dirigentes políticos de otras organizaciones.
por Danilo Cruz Pichardo