Es curioso la «fama» que posee de «solidaria» la dirigente del PRM Delly Feliz, quien, todo parece indicar, que las «irregularidades» (manso) que ocurrieron en el PRM en las elecciones del 2020, le arrebataron el triunfo, pero parece que ahora, incluso, por reivindicación de lo que en generalidad se cree fue una injusticia, va por el carril de adentro.
Delly es recordada por ser una figura importante en el difícil gobierno de Domingo Batista que tuvo que estrenar un gobierno municipal «sin una pala», sin recursos y con un PLD emergiendo además, de un partido difícil como era el PRD de esos momento en Santo Domingo Este.
El primer paso para las elecciones será el paso por primarias que se ha acordado se hará con otros métodos, por lo que la encuesta debe ser la solución más económica y viable para el partido y en ese contexto, Delly aparece como casi «garantizada», aun cuando algunas de sus compañeras emergen con futuro.
Se sabe que Delly trabaja incluso en su casa, «se mueve», es de esa políticas que trabajan a tiempo completo aun siendo servidora pública.
El caso Delly acompaña el de la doctora Mabrú, como dos eventos realmente bochornosos en la última competencia electoral que como siempre, no sabremos a ciencias ciertas qué pasó, pues los partidos al final «buscan bajadero» para que todo se quede así.
Luego que está consumado el movimiento irregular de votos es muy difícil que cualquier reclamo, prospere.
Los eventos del 2020 dejaron un mal sabor al equipo de Delly que seguro se convenció que aun prepararse para lo peor o inverosímil, no es suficiente, la realidad supera la ficción.
