Muchos «políticos» en Santo Domingo Este posee la mala costumbre de defender lo mal hecho si les toca sus intereses.
El discurso de «cambio» y de preocupación por la ciudad choca cuando alguien de «su gente» es «afectado».
Complicidad con invasión de espacios públicos, complicidad con la petición de «dejen eso así» cuando hay que pagar multas o arbitrios, solidaridad con el «padre de familia» que comete violaciones lesivas a la ciudad, defensa de causas que van en contra del empeño en construir una mejor ciudad, es el día a día de los políticos de la ciudd, sea del partido que sea.
En el tema de complicidad con lo mal hecho convergen las banderas partidarias y a veces, acometen presiones a funcionarios de la alcaldía «apandillados».
Por desgracia, hubo muchas promesas y aplausos, marchas de «cambios» que al final, en el ejercicio del poder, desnundan que era un falso discurso y están dispuestos que el caos y el desorden sigan imperando en Santo Domingo Este, fue un «quitate tu pa ponerme yo» que combate con el discurso de «Ciudad Justa y Creativa» que tarda en llegar por los traspies de los de siempre, una clase política que mira más sus propios intereses que el interes de todos.