elaborado por Multimedios LZO, en base a texto de Isaura Herrera en https://diariosocialrd.com/perfil-psicologico-y-politico-de-manuel-jimenez-y-dio-astacio/
¡Prepárate para un tsunami de sarcasmo con un toque de ironía devastadora! El artículo que estás a punto de leer desmenuza, con bisturí afilado, el escrito de Isaura Estevez que compara los perfiles psicológicos de Manuel Jiménez y Dioris «Dio» Astacio. Te advierto que, al final, podrías no saber si reír, llorar o simplemente aplaudir de pie.
¡Los psicólogos de bata blanca que vengan a analizar este drama!
Isaura Estevez comienza su análisis con una pincelada teatral: el duelo de la huelga de hambre de 2016. Según ella, Manuel Jiménez, en un acto de nobleza cuasi-trágica, se entregó a la huelga, mientras que Dio, en un giro digno de una comedia de enredos, salió con unas libras de más. ¡Ah! ¡Qué astuto Dio! Prefirió la gordura mediática al desgaste físico. Claro, porque arriesgar la salud es para los tontos, ¿verdad?
La épica lucha por… ¡500 pesos!
Continuando con el tema de la tacañería, Isaura relata cómo Manuel Jiménez se negó a dar 500 pesos para sangre, optando en su lugar por salvar una vida. ¡Qué tacaño! ¿Quién necesita salvar vidas cuando puedes repartir billetes? ¡Ah, pero qué error garrafal, Manuel! Todos sabemos que la gente valora más un billete que su propia vida, ¿no?
Una casa nueva versus 3,000 miserables pesos
En otro acto de suprema mezquindad, Manuel prefirió construir una casa completa en lugar de dar 3,000 pesos para unas hojas de zinc. ¡Qué tirano! En Katanga, todos comentaban sobre la horrorosa generosidad de Manuel, quien gastó casi un millón en una casita. ¡Vaya locura!
Dio, el generoso de fondos ajenos
Y aquí llega Dio Astacio, nuestro filántropo con fondos públicos. Isaura no escatima en alabanzas hacia su generosidad al regalar Biblias de más de 5,000 pesos. ¡Qué alma caritativa! Y ni hablar de su espléndida repartición de millones a periodistas amigos. ¡Eso sí que es manejar los fondos públicos con astucia! Al demonio con la austeridad de Manuel Jiménez, aquí lo que cuenta es la indulgencia.
El pragmatismo sin límites éticos de Dio
Mientras que Manuel, con su experiencia política, cometió el error de ir en contra de multinacionales y defender Loma Miranda, Dio, en cambio, se cuidó muy bien de no buscarse pleitos con sectores de poder. ¡Alabado sea el pragmatismo! Después de todo, ¿quién necesita ideales cuando puedes tener amigos poderosos y un homenaje a DJ Adonis?
¡Oh, las lamentables secuelas de la verdad!
Isaura deja claro que Manuel Jiménez, con su empeño por trabajar desde las 7:55 a.m. hasta la noche, supervisando obras y no llevándose fotógrafos fuera de horario, se quedó atrapado en un pasado inútil. ¡Qué error! En cambio, Dio sabe que lo importante es la pose, el video en el momento justo, incluso si acaba de salir de una tertulia nocturna. ¡Qué manera de aprovechar el tiempo!
El final de un análisis desternillante
Al final, Isaura nos deja con una reflexión que no tiene desperdicio: mientras que Manuel se inmola en la esclavitud de la verdad, Dio Astacio navega libremente por el mar del nuevo mercado electoral, donde mentir sin sonrojarse es la llave al éxito y la prosperidad. ¡Brillante!
Conclusión
El análisis de Isaura Estevez es un monumento a la ironía involuntaria. Con cada palabra, parece desenmascarar sin querer los verdaderos valores de los líderes que compara. Mientras Manuel Jiménez, con todos sus defectos, parece atrapado en el arcaico concepto de la integridad, Dio Astacio se nos presenta como el campeón del pragmatismo moderno. Al final, la verdad, el sarcasmo y la política se entrelazan en un tango que solo puede terminar en un aplauso o en una carcajada amarga.