Apenas dos días después de salir victorioso en las elecciones municipales, Dio Astacio ha iniciado acciones que no le corresponden, suplantando funciones que son competencia del alcalde en funciones. En un acto inconsulto, Astacio no solo retira su propia propaganda, sino también la de otros candidatos, excediéndose en sus funciones y violando las normativas que prohíben quitar la propaganda de otros sin autorización.
Esta acción, aparentemente altruista, plantea preguntas sobre los motivos detrás de la colocación y posterior retirada de la propaganda, especialmente cuando no tiene la autorización de la Alcaldía para llevar a cabo tales acciones. En un momento en el que la ciudad está llena de propaganda, incluso de candidatos a diputados, la prisa de Astacio por asumir el cargo provoca conflictos innecesarios con el alcalde en funciones, ya que lo que está haciendo es ilegal.
Lamentablemente, esta provocación evidente agrega complejidades innecesarias a un periodo que debería centrarse exclusivamente en la transición. La actitud irrespetuosa de Astacio hacia la investidura del alcalde actual puede generar conflictos en un momento crucial en el que el Partido Revolucionario Moderno (PRM) necesita unidad para trabajar en la reelección de Luis Abinader.
La invasión de espacios públicos con propaganda ilegal es condenable, y quitar la propaganda de otros candidatos demuestra una falta de respeto y una audacia por parte de Astacio, quien carece de la autorización para realizar cualquier acción en la ciudad sin los permisos correspondientes.
