Diferentes errores cometidos por el equipo de campaña durante meses, desembocan a que, faltando pocos días para las elecciones, la masa evangélica abandone a Dio Astacio y busque congraciarse con sus competidores.
Los pastores «no son de nadie», los pastores obedecen a los intereses de sus iglesias y algunos habían encontrado en Dio el que al menos, los «mencionara», pero los excesos y errores, llevan de esa actitud a la desconfianza.
Dio irrumpió en el mundo con un cambio de su «nombre», construyó un pseudónimo trabajando su nombre «original»: Dioris Anselmo Astacio Pacheco y, convenientemente, «cortándolo» hacia la similitud de la palabra Dios, sacando la S para que pareciera nombre, pero manipulación al fin.
Dio en realidad vivió toda su vida sin ser Dío, sino Dioris, siendo Dio un nombre creado para solo, su incursión en la política.
Su vida dentro del «evangelio» la combinó con otras actividades económicas como vendedor y aplicó, lo aprendido precisamente en los temas de mercadeo, que se usan mucho en las iglesias evangélicas para conmover a las masas, ahora, a la política.
Sin embargo, no le satisfizo los resultados del 2016, el año del gran fraude contra Manuel e incursionó, con pocas variaciones, para el 2020 donde siendo un «agente libre» por despegarse del partido con más «tendencia evangélica», el PQDC de Wessin Chavez, probó a ver cómo le iría con los perremeistas que van desde las posiciones más de ultraderechas hasta las liberales y allí, creyó sería el elegido, pero… no fue así.
Luego de una campaña mediática sin precedentes, obtuvo solo 7 mil votos dentro del partido, perdiendo contra alguien que no hace abuso de sus creencias religiosas como Manuel Jiménez que terminó siendo el alcalde.
Ahora, para el 2024, Dío ya sabia que el voto evangélico no era determinante pero incluso, para el 2020, hubo muchas iglesias que ya le habían apartado «el favor», por lo que se determinó, con las campañas mediáticas denostativas contra Manuel, venderse como gerente pero con falsos supuestos.
Mirando la actual competencia electoral «escribió» un libro sobre «gerencia», hasta lo vendió y, en uno de los errores imperdonables de campaña, usó la misma foto y tendencia sin entender que eran dos nichos diferentes.
Dío pasó de «venderse como pastor» a ser buscar convencer que era «gerente», pero sin base alguna que mostrar más allá de vender un libro más de crecimiento personal, de los cientos que hay en el mercado y pronto esta estrategia dio al traste incluso, frente al convencimiento de la población de la buena gerencia en la Alcaldía de su principal contendiente, Manuel Jiménez.
Dío se vio en la calle y sin la llave, no podía vender que era gerente pero además, estorbaba lo de «pastor» porque le amarraba comportamientos incluso sociales que él rompía todos los días, por lo que, luego de un proceso fraudulento que lo impuso en el primer lugar y lo convirtió en candidato oficial, Dío ha buscado extirpar, silenciosamente, lo de «pastor», quedándose solo con «Dío».
Si bien es cierto que al inicio de la campaña oficial sacaron lo de «pastor» de todo slogan, el recule era necesario pues el cambio a dizque gerente había sido demasiado abrupto, torpe, por lo que decidieron, es evidente, un abandono «suave» del término hasta llegar al día de hoy en el que solo existe Dío, han logrado sacar el término «pastor» y hasta el inventado de «gerente» por las implicaciones que tiene el vender lo que no se es.
Mientras, los líderes evangélicos, que estuvieron a punto de «hacer declaraciones en contra de que Dioris usara el término pastor», no le aplaudieron en la «Batalla de la Fe» y en otros eventos pues ya no lo consideran «de los suyos».
Dío ha logrado sacar de sus discursos el «manto de evangélico» con que se había cubierto e incluso se le ha visto al lado de Karin, símbolo de todo lo contrario a lo que anuncia la biblia y, además, logró que se olvidara que una vez se vendió como gerente.
Aun cuando logra todavía reunirse con algunos pastores, el cuestionamiento entre el liderazgo de iglesias y hasta los votantes de ese nicho, crece, toda vez que connotadas voces reciben e incluso, aplauden a las opciones que le compiten.
A Dío le ha perjudicado, en el camino, haber sido designado como enlace del «Gobierno con las Iglesias» y no haber podido cumplir con casi ninguna desde su posición además, venderse con técnicas nada «cristianas» desde un programa tan poco serio del medio día en la república dominicana.
Para ser un líder de Cristianos debes, mínimo, comportarte como tal y Dio hace todo lo contrario.
El ser líder «evangélico» además, es un «natural» sesgo para otros que no piensan igual pues, lo políticamente correcto es no anunciarte de un lado si necesitas de todos.
La masa evangélica es un nicho muy emocional pero, como mismo te acepta, te saca de su «radal» y hoy es palpable que Dio extirpó el término «pastor» de sus discursos (el de gerente también) y apela más a ser «independiente» que lucir «amarrado» a un sector al cual, posiblemente, en realidad, nunca perteneció y ellos, se dieron cuenta.