Dirigentes del PRM rompen el silencio: Viralizan reclamos contra Dio Astacio por Abusos

Dirigentes del Partido Revolucionario Moderno (PRM) están empezando a romper su silencio y a salir del letargo de tolerancia frente a los abusos cometidos por Dio Astacio hacia sus compañeros de partido. Esta nueva oleada de descontento se ha convertido en un clamor viral dentro de las redes internas del partido, impulsada por un reclamo atribuido a Cruz Pichardo que ha resonado fuertemente entre los militantes.

El mensaje que ha captado la atención de todos los perremeístas reza así: «Los que somos del PRM usamos mucho la exclamación ‘Oh Dios!’, pidiéndole ayuda al Señor. Los que somos del municipio SDE, hemos tenido que hacer un cambio y ahora decimos ‘OH Dío!’, no sigas cancelando a los pobres compañeros que te ayudaron y que tú vas a necesitar más adelante para tus proyectos.» Esta declaración encapsula el creciente malestar y la frustración acumulada entre los miembros del partido, quienes sienten que sus esfuerzos y lealtades están siendo traicionados.

Dio Astacio, conocido por su estilo autoritario, ha desatado una cacería contra los perremeístas que lo apoyaron durante las elecciones, reemplazándolos por individuos ajenos al historial del partido, muchos de ellos identificados como «pastores». Esta movida ha sido percibida como una traición por aquellos que han dedicado años de su vida al PRM, sólo para ser desplazados por personas sin vínculos históricos con la organización.

El descontento no es un fenómeno aislado. Se ha filtrado de manera masiva en las redes sociales del partido, convirtiéndose en un tema viral que no puede ser ignorado. La indignación de los militantes se ha amplificado a medida que más y más dirigentes expresan públicamente su desacuerdo con las políticas de Dio Astacio como alcalde dizque, de un gobierno local del PRM.

La estrategia de Dio Astacio de incorporar a «pastores» en lugar de los leales perremeístas ha sido particularmente controvertida. Esta decisión ha generado una percepción de favoritismo hasta dentro del partido, socavando la moral y la cohesión de la militancia.

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