La sustracción de dos tarjas en el Tanque de la Revolución, uno de los puntos históricos del Paseo de la Historia en Santo Domingo Este, es una clara señal del abandono al que la Alcaldía somete a nuestros monumentos. Esta vez, el retiro de la policía municipal de estos sitios emblemáticos ha dejado un vacío que facilita el vandalismo y atenta contra la integridad de nuestra historia local.
Apenas días antes se reportó la desaparición de la Biblia del Monumento a la Biblia, misma que luego fue retirada por la Alcaldía “por falta de tornillos”, en un acto que parece una respuesta improvisada y evasiva ante la presión pública. Esto se suma al robo de las cadenas del pasamanos del mismo monumento, situaciones que reflejan un patrón de descuido hacia los símbolos y espacios que representan la memoria histórica del municipio.
La administración municipal debería entender que estos monumentos no son decoraciones pasajeras, sino puntos de encuentro con el pasado, testigos de los valores y luchas que forjaron nuestra sociedad. Al permitir el deterioro y la desprotección de estos sitios, se arriesga también el sentido de pertenencia y respeto que la comunidad siente hacia sus raíces.
Es momento de que la Alcaldía de Santo Domingo Este retome el compromiso con el patrimonio, reinstaurando la vigilancia en los monumentos y asignando los recursos para restaurarlos y preservarlos adecuadamente. Que este descuido no se convierta en costumbre, y que el Tanque de la Revolución y otros espacios históricos sean custodiados y mantenidos con el respeto que nuestra historia merece.