Recientemente, Santo Domingo Este se vio envuelto en un escándalo electoral que ha levantado preocupaciones sobre la integridad del proceso democrático en el municipio. Manuel Jiménez, considerado como el favorito del Partido Revolucionario Moderno (PRM), sorprendentemente fue relegado al cuarto lugar, mientras que Dio Astacio, quien se disputaba el último puesto, amaneció como el candidato principal, evidenciando un fraude electoral ejecutado en las mesas de votación.
La revelación de que la principal magistrada de la Junta Municipal Electoral era la esposa del Jefe de Campaña de Astacio plantea interrogantes sobre la imparcialidad del proceso. La falta de garantías y la conexión directa entre quienes debían velar por la transparencia del proceso electoral levantan serias dudas sobre la legitimidad de los resultados.
Existen sospechas de que las urnas con los votos auténticos fueron sacadas de la ciudad y almacenadas en el Distrito Nacional, sugiriendo una manipulación planificada del proceso. Este hecho cobra fuerza al observar el arrastre significativo de candidatos a regidores de Manuel Jiménez en comparación con Dio Astacio.
Este no es el primer episodio de fraude electoral en Santo Domingo Este. En 2016, se ejecutó un fraude similar contra Manuel Jiménez, donde las urnas fueron guardadas en la casa de una dirigente política, y miles de votos aparecieron misteriosamente en varios municipios.
Además, persisten fuertes indicios de que en las elecciones municipales de 2020, se intentó orquestar un acuerdo para favorecer a otra opción electoral y nuevamente derrocar a Manuel Jiménez. Sin embargo, debido a problemas tecnológicos, el fraude fue descubierto, y Jiménez emergió como el triunfador.
Con estos antecedentes y las acusaciones contra la magistrada actual de la Junta Electoral por parte del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), no es descabellado considerar la posibilidad de un montaje de fraude electoral en Santo Domingo Este. El fraude electoral es lamentablemente común en estas tierras, y la persistencia de estas prácticas podría desencadenar una implosión del proceso electoral a nivel nacional. Cuidado, la situación es sumamente delicada.