La Navidad es una época de alegría, encuentros familiares y celebración. Sin embargo, para los habitantes de Santo Domingo Este, esta temporada ha llegado acompañada de montañas de basura, olores insoportables y un paisaje urbano que refleja abandono y desidia.
Los furgones convertidos en vertederos improvisados se han multiplicado por todo el municipio, emitiendo pestilencia y transformando sus alrededores en zonas intransitables. Mientras tanto, los pequeños contenedores instalados en parques y aceras han colapsado, incapaces de soportar la acumulación de desechos. El resultado: una ciudad sumergida en el caos y con una administración municipal que ha perdido por completo la guerra contra la basura.
DEL ORDEN AL DESORDEN EN TIEMPO RÉCORD
Es imposible no recordar las pasadas navidades, cuando Santo Domingo Este lucía limpio y ordenado. La anterior administración no solo logró mantener el control de los desechos sólidos durante una temporada donde la producción de basura se multiplica, sino que entregó en abril una ciudad organizada y funcional.
Sin embargo, la nueva gestión municipal, en lugar de dar continuidad a las prácticas exitosas del pasado, decidió improvisar. Con mucho mercadeo y campañas publicitarias llamativas, intentaron vender la imagen de una administración eficiente, pero la realidad ha terminado por reventarles las redes sociales y la paciencia de los munícipes.
LA CAPITAL DE LA BASURA
Hoy, Santo Domingo Este ostenta un título vergonzoso: es el municipio más sucio del país. Lejos de ser una exageración, esta afirmación es corroborada por la experiencia diaria de los ciudadanos que deben sortear montañas de basura para caminar por las aceras, convivir con el hedor constante y exponerse a riesgos sanitarios.
Lo más preocupante es la indiferencia con la que la Alcaldía ha abordado este problema. No hay un plan claro, no hay soluciones efectivas y, lo que es peor, no hay voluntad política para enfrentar una crisis que afecta no solo la imagen del municipio, sino también la salud de sus residentes.
UN LLAMADO URGENTE A LA RESPONSABILIDAD
La Alcaldía de Santo Domingo Este tiene el deber y la obligación de garantizar condiciones dignas para sus ciudadanos. La basura no es solo un problema estético; es un problema de salud pública, de gestión eficiente y de respeto a los contribuyentes que cumplen con sus obligaciones municipales.
El tiempo de las excusas y los discursos vacíos ha terminado. Es hora de que las autoridades municipales asuman su responsabilidad y devuelvan a Santo Domingo Este la limpieza y el orden que merece. De lo contrario, esta Navidad pasará a la historia no por sus luces y celebraciones, sino por el hedor insoportable de una ciudad abandonada a su suerte.