El éxito de Abel Martinez en Santiago es haber sabido acompañar a las ejecutorias de la alcaldía, el valor para hacerlo, junto a un manejo excelente y hasta a aveces con tintes autoritarios de estas.
En tiempos de democracia algunos creen que dar un manotazo en la mesa o una patada a la silla es sinónimo de autoritarismo sin embargo, un país donde su población aun no aparta el deseo de mano dura necesita no solo ejecutar cumpliendo con la ley sino imponer esta desde lo mediático, que todos se enteren, que algunos no aprueben y claro, evaluar tanto las ejecutorias como el nivel de aceptación de cada una de las medidas en la población.
Mientras Carlos Guzman y Abel Martinez, incluso, Carolina, entienden la importancia de los medios, la Alcaldía administrada por Manuel Jimenez posiblemente ha hecho mucho más que estas pero no han sabido comunicarlas porque no es twitear, ni una foto o que el alcalde salga en todas las noticias como sacrosanta fugura omnipresente, sino saber llevar aa la población las obras y no dejar que pocos, que si saben usar los medios, algunos de ellos hasta con presupuesto para ello se agarren de una debilidad y logren que la balanza se incline donde no debería.
La comunicación hoy día va acompañada de conocimientos profundos de las poblaciones a quien se llega y no importa cuán buen trabajo realices ni los montos gastados en ellos, el personal profesional o no, ni las marcas involucradas, ni discursos ni notas de prensa, un twit se sube o te aplasta, así de crudo, así de simple.