El BOLI… ¿camino al descrédito voluntario o pieza de canje?

Diversas versiones.

La división del PLD viene desde antes… desde las primarias del 2020 donde dos grandes grupos políticos – económicos se vieron enfrentados y uno de ellos ganó, siendo ellos mismos los ladrillos mojados que ayudaron a que la opción morada no ganara, aunque perdería como quiera.

Los malos amores no solo siguieron su camino, sino que hoy el divorcio es completo, sin que nadie esté capacitado, y menos desde un PLD con su cúpula en desprestigio, de apagar el fuego y sentar a las partes a una conversación que lleve a buen puerto.

¿Qué papel juega el Boli en la ecuación?

Hace poco circuló una encuesta de aposento que daba al Boli como óptimo para ganar la alcaldía, casi a la misma vez que salía otra, de un aspirante eterno de otro partido diciendo lo mismo y ambas, conducen al derrotero de creación de matrices de opinión sobre lo falso.

El Boli no ha logrado, siendo dizque influencer, fabricar un objetivo que lo pueda usar como bandera en su diputación, quedando a merced del descrédito en el ejercicio legislativo, apresado en las palabras denotativas, pero en algunos casos ciertas «¿y ese que ha hecho como diputado?».

Boli sabe que no llega, que incluso, repetir como diputado le sería muy difícil, y en este contexto, a sabiendas que está «guiado» por una de las partes en el PLD SDE aunque aparentara (o realmente) apoyara a otra, cuál es su rol en el ajedrez de cara al 2024… ¿Peón, alfil o caballo?, él está seguro que rey, no será.

EL PLD está atrapado entre aspirantes con combustible, pero sin motor y el chasis golpeado… jugar para perder o para saber que algo se puede ganar pues, a veces puedes retroceder un poco para poder reorganizarse, la política es el camino, no es llegar.

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