El deterioro del debate democrático en el Concejo de Regidores del ASDE.

SANTO DOMINGO ESTE.-

Desde hace más de 20 años, he tenido el privilegio de participar como comunicador en las sesiones del Concejo de Regidores del Ayuntamiento de Santo Domingo Este (ASDE), gracias a la invitación de mi amigo ido a de tiempo Robert Vargas.

Esta experiencia me ha permitido no solo acercarme a un espacio crucial para el municipio, sino también ser testigo de cómo se gestiona la información local que afecta directamente a la vida de los ciudadanos.

En los años previos, las sesiones del Concejo eran el epicentro de intensos y constructivos debates. Era habitual que surgieran críticas fundamentadas hacia la administración, debates que, aunque desafiantes, buscaban siempre el beneficio de los munícipes.

Los regidores, en su rol de representantes del pueblo, cuestionaban y proponían con la convicción de mejorar las condiciones de vida en nuestro municipio. La sala capitular era vista como un foro activo donde las ideas se discutían abiertamente y las decisiones se tomaban en función del interés colectivo.

Sin embargo, en los últimos meses, he notado un cambio preocupante. La prensa local, que solía ser una presencia constante en estas sesiones, ha disminuido notablemente su cobertura. Esta tendencia me llevó a indagar entre varios colegas comunicadores sobre las razones de su ausencia. Las respuestas que recibí fueron reveladoras y lamentables a la vez.

Uno de ellos mencionó que la sala capitular ya no es percibida como una entidad informativa relevante. La cantidad y calidad de los debates se han reducido, convirtiéndose en un espacio donde las decisiones parecen predefinidas y los intercambios de ideas son escasos.

En lugar de ser un foro abierto para discutir problemas críticos, los debates actuales parecen favorecer más a la administración vigente, diluyendo así su propósito original de servir a la ciudadanía de manera transparente y efectiva. Este cambio no solo afecta a quienes participan directamente, sino que también priva a la comunidad de información valiosa que debería estar al alcance de todos.

Otro comunicador expresó su temor a ser agredido verbalmente o enfrentar represalias por expresar críticas hacia la administración actual. Esta sensación de inseguridad y falta de libertad para expresar opiniones honestas en un entorno que debería fomentar el debate democrático es profundamente preocupante. La intimidación y el miedo no deberían tener cabida en un espacio donde la discusión y el cuestionamiento son fundamentales para el ejercicio de la democracia.

Como alguien que valora profundamente la transparencia y la rendición de cuentas en la gestión pública, no puedo ignorar estos signos de deterioro en nuestra institución local. Creo firmemente que un Concejo de Regidores fuerte y comprometido es vital para el progreso de Santo Domingo Este.

Los ciudadanos merecen un gobierno local que no solo escuche, sino que también actúe en su nombre con integridad y responsabilidad. La falta de debates robustos y la disminución de la participación de los medios de comunicación dañan la confianza pública y debilitan las bases de nuestra democracia local.

Es fundamental que tanto los líderes como los ciudadanos de nuestro municipio se unan para revitalizar el propósito de estas sesiones. Necesitamos restaurar la confianza en nuestra sala capitular como un espacio donde las ideas se debatan libremente y donde las decisiones se tomen con el bienestar general como prioridad absoluta.

Esto implica no solo un compromiso de los regidores para fomentar un ambiente participativo, sino también un esfuerzo de la prensa y los ciudadanos para exigir y apoyar un debate más abierto y constructivo.

En resumen, insto a todos los involucrados, desde los regidores hasta la prensa y los ciudadanos, a trabajar juntos para revitalizar nuestro Concejo de Regidores. Solo así podremos recuperar su papel crucial como guardianes del interés público y verdaderos representantes de la voluntad ciudadana.

La democracia se nutre del intercambio de ideas y del respeto por las opiniones diversas; es hora de que Santo Domingo Este recupere ese espíritu y se convierta en un modelo de transparencia y participación activa.

CAJITA CONVERTIDORA

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