Nunca estuvo por encima del principal candidato opositor.
Las redes han sido bombardeadas una y otra vez, por encuestas fabricadas, hechas en Excel, durante meses se preparó, en medio de críticas justas pero otras discriminadas sobre su pobre manejo frente a las cámaras y rehuir de entrevistadores agresivos.
El 2016 agarró a la ciudad en desconcierto, un Gobierno fuerte, unido, avasallarte que, todos saben, logró imponerse en Santo Domingo Este a fuerza de mañas que mancharon para siempre la vida democrática de la ciudad. En aquella ocasión, el alcalde, llegado desde los más recónditos senderos de San Luis y Guerra se imponía en un terreno de complicidad y orejitas, en primarias y luego… ya sabemos.
Los opositores también se dividieron, las bases se separaron entre el compromiso de un partido naciente y las ganas de ser gobierno municipal. Se habla de pactos perversos, no probados pero tampoco, desmentidos y ahí, entre secuestros de todo tipo, dizque de personas pero si de urnas y voluntad popular, prevaleció el presente sin que afirmar no sea sentencia de acusación de las sombras cómplices de aquel momento.
Hoy, vuelven las promesas pero más torpes, el equipo del ganador «no preferido» por el CP, que se impuso ante la inmovilidad y/o la incapacidad de la opción preferida, no ha sabido incrustar la confianza necesaria a una clase dirigente que fue, evidentemente, afueriada y necesitaba dosis de pasadas de manos y corazones abiertos para con ello, «entregar» el corazón de los nichos de votantes.
Para colmos, las desastrosas primarias, recordadas por colegios votando a hasta el otro día, produjo grupos de pre-candidatos que debieron pasar y no pasaron e increíblemente los del perdedor, se colaron, en un inusual escenario que aun, en términos lógicos, no tiene principio o fin, dejando las opciones de «que no pasen» a como de lugar desde mandos que mandan.
Un partido dividido, con hasta el aire conspirando, la desconfianza frente al poder hegemónico económico que trata con sonrisas de imponerse al político y su competencia económica real, matizan, junto a una oposición, que aun con sus traidores tradicionales internos… conocidos por demás, pero vigilándose entre si, expuestos por las redes, desprestigiados sin bombos, dispuestos a lo que sea porque no les repitan el 2016 y con un corito en el aire al sonido de tenedores y cucharas en planos metálicos, lucharán casa por casa, voto a voto, en la calles, en los colegios, con gente o con drones, cámaras listas para grabar y abogados listos para impugnar, el panorama pre-competencia.
El candidato morado, que nunca estuvo encima en las encuestas y hoy aparece con casi viente puntos por debajo, apela a la falta de aire de los otros aunque algunos tratarían de ayudar a lo antiguo pero hoy, con muchos caminos cerrados a los viejos gustos.
Difícil reto para el candidato morado.
