“El dilema interno del PRM” ¿Perder con Dio Astacio o ganar con Manuel Jiménez?

Por Roberto Veras.-

SANTO DOMINGO ESTE.-

En el seno del Partido Revolucionario Moderno (PRM), se ha gestado un dilema que refleja las tensiones internas y las divergencias de intereses dentro de los diferentes sectores empresariales afiliados a esta organización política. En las recientes elecciones, se ha suscitado una situación peculiar: ¿Por qué algunos preferirían perder con Dio Astacio en lugar de ganar con Manuel Jiménez?

La respuesta a esta interrogante radica en las diferentes visiones que estos dos líderes representan para los diversos actores económicos que conforman el tejido empresarial del PRM. Mientras que Manuel Jiménez encarna una propuesta progresista, centrada en políticas sociales y económicas que buscan equilibrar las desigualdades, Dio Astacio representa una opción más conservadora, vinculada estrechamente con los intereses tradicionales y establecidos.

El sector empresarial alineado con Astacio ha expresado su preferencia por la estabilidad y la continuidad de las políticas que les han sido beneficiosas en el pasado. Aunque esto implique la posibilidad de una derrota electoral, la perspectiva a largo plazo de mantener el statu quo y preservar sus privilegios parece ser más atractiva para estos actores que apostar por un cambio liderado por Jiménez.

Manuel Jiménez, por otro lado, ha propuesto una agenda que busca impulsar reformas estructurales y redistribuir la riqueza de manera más equitativa. Este enfoque, aunque prometedor para sectores más vulnerables de la sociedad, ha generado inquietudes entre aquellos que han gozado de ciertos privilegios bajo el status quo. Algunos sectores empresariales, temerosos de un cambio que podría afectar sus intereses, han optado por respaldar a Astacio, incluso a sabiendas de que su candidatura podría no tener el respaldo popular necesario para ganar.

La preferencia por perder con Astacio en lugar de ganar con Jiménez revela un temor arraigado en ciertos círculos empresariales, quienes priorizan la protección de sus intereses particulares sobre la posibilidad de un cambio significativo en el panorama político y económico del país.

Esta dinámica plantea preguntas fundamentales sobre la verdadera naturaleza de la representación política y el papel de los sectores económicos en la definición del rumbo de un partido.

En última instancia, este dilema interno del PRM ilustra los desafíos que enfrentan los partidos políticos al equilibrar las demandas de diferentes sectores dentro de su base. Mientras algunos abogan por un cambio progresista liderado por Jiménez, otros prefieren mantener las estructuras establecidas, incluso si eso significa aceptar una derrota electoral. Este debate interno refleja la complejidad de la política, donde las luchas de poder y los intereses divergentes convergen en una encrucijada que define el rumbo futuro del partido y, por ende, del país.

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