El «chuchicheo» del evento de juramentación del nuevo equipo de la Circunscripción 2 del PLD no fue tanto la abusiva e irrespetuosa segunda fila de la tarima que la llenaron de dirigentes en vez de los dirigentes que junto con Castilo se juramentarian en lo que constituyó una falta de respeto posiblemente impuesto por el protocolo de la «cúpula» que indistintamente del partido que sea, comenten esos errores antiéticos irrespeando el escenario y buscando que algunos que aa ellos les interesa, figureen, ni la equivocación de un jóven que hizo uso de la palabra que dijo que la Cicruncipción 2 era la más grande, cuando es la más pequeña aunque muy política, tampoco lo extendido y casi aburrido discurso de Leonel Fernandez en un escenario «medio» calusoro justo al medio día y repleto de humanos, sino la desafortunada puesta del evento a la consideración de «Dios» por parte de un pastor que no supo y posiblemente, ni se ha enterado, cual es su rol.
Es claro, si, que pastores han querido e incursionan en política en America Latina pues al final la religión es eso, poder, control, hegemonia y como mismo dieron un golpe de estado en Bolivia permitieron la llegada de Bolsonaro y gobernaron en Guatemala, en la Republica Dominicana todavia el fenómeno no es tan extendido y los pastores no llegan tan facilmente a reemplazar al poder político, si a interactuar.
Se «estila» que los eventos se pongan en manos de «el Señor» y normalmente el pastor o cura, representante de la religión, lea un versiculo de la versión de la biblia que siga y diga alguna palabra de aliento, pero lo que se discursó en el evento del Framboyan en Santo Domingo Este fue la elevación de Leonel Fernandez a casi Dios que recordó los auto nombramientos de Robespierre antes de ser decapitado.
En un escenario local, de juramentación de un equipo, el pastor convertido en relacionador público y canonizador de Leonel centró su discurso solo en alabar la cercania de Leonel al papel del nuevo «elegido» e incluso olvido a Jesus Cristo, a la biblia y su propio rol, ya el tenia su «mesias», a menos de 10 metros.
Al Cesar lo que es del Cesar y los escenarios hay que cuidarse pues para colmos los «dueños» de ese eran Rafael Castillo, Winston Baez, y Walkiria Medina que demoestraron suficiente liderazgo para llenar un coliseo en tiempos que no son de política y en un dominigo que el ciudadano sale a buscar el pan de la semana… no entender eso, llegar a los lugares solo con el pensamiento de buscar complacer las ancias personales de tratar de ser vistos por un lider y aprovechar para engordarle el ego, es lo que llevó a Robespierre a la guillotina.
Posiblemente fuera un error de protocolo pero es claro que en estos temas de actos públicos hay que «filtrar» hasta el representante de la Iglesia no sea que la noche anterior sufriera esta rara metamorfosis a adulón de un líder político.
