En una escena que parecía sacada de un drama político, el ex-presidente del Concejo de Regidores intentó, sin éxito, humillar al saliente alcalde Manuel Jiménez. Su plan, sin embargo, fue desbaratado por la determinación y el temple de Jiménez, quien se negó a ser víctima de manipulaciones y maquinaciones políticas.
El ex-presidente del Concejo, que había traicionado al PRM y se aliado con la oposición, usurpó funciones y buscó engañar a Jiménez durante un «careo» al retenerlo en una habitación para violar lo establecido en la agenda. Sin embargo, Jiménez no cedió ante la maniobra y, con firmeza, se presentó ante todos para exponer su informe de gestión, destacando el logro de un endeudamiento cero durante su mandato.
Este incidente revela la profundidad de la traición y la falta de escrúpulos de aquellos dispuestos a traicionar a su partido y aliarse con fuerzas opositoras con tal de mantener el poder. La reelección del ex-presidente del Concejo, mediante una alianza con el PLD y la Fuerza del Pueblo, representa un claro ejemplo de los intereses personales y la falta de lealtad hacia la organización política.
El intento fallido de humillar a Jiménez muestra la determinación y la fortaleza del alcalde saliente, quien enfrentó las adversidades con dignidad y valentía. A pesar de los obstáculos y las campañas de difamación en su contra, Jiménez deja la alcaldía con la frente en alto y el respaldo del pueblo, demostrando que ningún acto de desesperación podrá empañar su legado de éxito y servicio público.
Con su salida, Jiménez deja un mensaje claro: que la integridad y el compromiso con el pueblo siempre prevalecerán sobre los intereses políticos mezquinos y las maniobras de poder. Su paso por la alcaldía se convierte así en un ejemplo de honestidad y entrega al servicio de la comunidad, y su legado perdurará más allá de las intrigas y traiciones de la política local.
