
El Club Los Trinitarios, ubicado en la Zona Oriental, atraviesa un proceso electoral para renovar su directiva, pero el ambiente se ha visto alterado por controversias. Un grupo de residentes ha solicitado la intervención de la Alcaldía de Santo Domingo Este, argumentando que socios como JAP, CSSR y FF no estarían empadronados, además de señalar otras supuestas irregularidades que justificarían la injerencia municipal en el proceso.
Sin embargo, una investigación de Multimedios LZO para GalaOriental.com ofrece una versión distinta desde el Comité Organizador. Sus miembros aseguran que “los señores JAP, CSSR y FF sí están en el padrón, el cual está disponible para consulta por todos los socios del Club, y ellos están plenamente habilitados para votar”. Con esto, desmienten rotundamente las acusaciones de exclusión. Además, recalcan que los estatutos de la institución incluyen disposiciones que prohíben emitir juicios o denuncias falsas que afecten su imagen, subrayando que ser socio conlleva tanto derechos como deberes.
El padrón electoral, según el Comité, puede ser retirado o consultado en las oficinas del Club por miembros hábiles y medios de comunicación, garantizando transparencia en el proceso. Este acceso busca disipar dudas y reafirmar el compromiso con un ejercicio electoral justo.
Un punto crucial en esta controversia es la solicitud de intervención de la Alcaldía de Santo Domingo Este. El Comité Organizador enfatiza que la Alcaldía está completamente impedida de ejercer cualquier tipo de injerencia en los asuntos internos del Club Los Trinitarios. Como entidad privada, el Club se rige por sus propios estatutos y no está bajo la jurisdicción municipal. Esta limitación está respaldada por el marco legal dominicano, que protege la autonomía de las asociaciones privadas frente a la administración pública, haciendo inviable cualquier intromisión oficial.
A medida que se acerca la fecha de las elecciones, el Club enfrenta el reto de preservar su unidad y prestigio. El Comité hace un llamado a la calma, instando a los socios a informarse adecuadamente antes de emitir acusaciones que puedan desestabilizar la institución. En este contexto, el proceso electoral se perfila como una prueba de la madurez y cohesión de sus miembros.

