Algunos militantes de la Fuerza del Pueblo han aplicado el necesario feedback ante un escrito de nuestro periódico titulado Fuerza del Pueblo hace el ridículo en Santo Domingo Este https://www.galaoriental.com/fuerza-del-pueblo-hace-el-ridiculo-en-santo-domingo-este/#.YmaRK9PMK60 que plantea el bochornoso desnude del desencuentro entre los pocos regidores de ese naciente partido.
La Fuerza del Pueblo posee numerosa militancia en Santo Domingo Este y aunque el diputado Rafael Castillo acciona fuertemente a pesar de algunas resistencias motivadas por celos políticos, de liderazgo u otros, lo cierto es que todo es un «proceso» y como tal se debe a las necesarias etapas.
En el PLD la hegemonía de Doña Cristina Lizardo pasó desde liderazgo hasta abusiva, imponiendo al final su voluntad más que la «línea» o conveniencia, porque ella era la «línea» dado el poder acumulado a ultranza que combinaba con otros cuartos bates que terminaron todos, unos antes y otros después, llevando al partido al descalabro moral que padece hoy y que su recuperación pasa precisamente por a necesidad de reconocer esto planteado, pero que seguro, por aquello de «no ceder espacios», no pasará.
Aun cuando seguro no es deseo de nadie que la Fuerza del Pueblo posea un poder que termine socavando la institucionalidad, es cierto que los partidos necesitan disciplina y quien sepa aplicarla, pues tenga el suficiente «prestigio» para hacerlo. Esa figura, el partido verde, no la tiene en Santo Domingo Este y no se inventa pues tiene que ver con el liderazgo.
A un partido en que su líder es casi el 80% de todo es muy difícil imponer alguien que logre organizarlo, toda vez que los cargos que cada dirigente hoy posee les fue asignado a «dedo», sin escogencia que muestre el liderazgo real en la masa militante.
La Fuerza del Pueblo debe abocarse con urgencia a buscar en cada territorio su Doña aunque resulte contraproducente escribir que el liderazgo y la imposición de este sea desesperadamente necesaria en una clase política tan primitiva.