Encrucijada perremeísta en Santo Domingo Este

SUPERATE

Al presidente del partido no se le vio activo a favor de nadie, el verdadero enlace presidencial no pudo ni sacar una diputada y el otro, el alcalde, destrozando la ciudad en medio de la campaña y dando conferencias de prensa inadecuadas, a un par de días de las elecciones.

El liderazgo del PRM no abogó por Luis como activo. Solo el movimiento del exalcalde, que además de la arrancada movilizó fuerzas en contracorriente, porque el alcalde actual creaba ruidos. Mientras tanto, el movimiento del exincumbente de Propmipymes hacía sus actividades, al igual que Plataforma AP. Sin embargo, la mayoría de los diputados y dirigentes se enrolaron en proyectos «acotados» a sus intereses y no en los del presidente.

En este contexto, a un mes de haber tomado la nueva alcaldía el timón de la administración y, en teoría, ser la cara del partido en el municipio, el PRM en su conjunto comienza a darse cuenta de que si apoya el no rumbo del nuevo alcalde, se hundirá con la administración. Por lo tanto, no le quedará más remedio que irse a la oposición municipal y mantenerse alejado del disparate institucional.

Al anterior alcalde le hicieron oposición diciendo que él no era del PRM, pero lo primero que hizo fue repartir el gobierno hasta un 80%. El nuevo, ni eso; al contrario, ha procedido a cancelar a personas del partido y colocar «los suyos», dando la espalda a equipos políticos que le apoyaron.

Este es el contexto hoy, 25 de mayo, a solo un mes de que el nuevo alcalde haya asumido en un clima de retaliación y cerco al anterior, a quien casi expulsó del edificio de cuatro pisos. A justo un mes de haber dicho la primera mentira de que le habían dejado la mitad de los camiones listos y la otra mitad rotos, la ciudad ha retrocedido años en solo un mes, repleta de basura y con los servicios por el suelo. El PRM y los perremeístas tendrán que decidir qué hacer con sus equipos, militancias y demás, porque algo es claro: o se oponen a este desastre y buscan cómo incrustarse en el tejido social y la realidad sociopolítica, o el pueblo de Santo Domingo Este les pasará la cuenta.

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