Si un evento viola el «sagrado deber» de cumplir con un horario, está condenado a fracasar.
Se organizó por sectores de la Juventud del PRM en Santo Domingo Este, un evento tipo «tertulia», donde, teoría, debían acudir los aspirantes a alcaldes que quedan activos en el territorio, llegando dos de ellos puntuales, otro, comenzado el encuentro y el ultimo, cuando todo había casi acabado.
El evento, programado para las 6:30 de la tarde, comenzó pasadas las 8 de la noche, esperando al ministro de la Juventud. Aquí radica el primer gran problema, ya que este evento podría haber sido un encuentro entre aspirantes o un evento para destacar la figura juvenil del titular del cargo. Sin embargo, se debió iniciar puntualmente, sin importar si el ministro estaba presente o no.
El debate fluyó durante un tiempo siendo uno de los participantes el más preponderante y, habiendo dicho «todo lo que tenia que decir» pidió disculpas para marcharse porque «tenia otros compromisos», seguido por otro de ellos, quedando un tercero, perdiendo la magia del intercambio de ideas, desluciendo el evento.
De buenas intensiones se crean todos los caminos, sin embargo, la sobreexposición de la figura del ministro hacen dudar si el evento era para que le vieran o se «tomó» esto por «carambola».
Manejar un evento se estudia, protocolos deben cumplirse, un político no debe moderar a políticos sino colocar un profesional que, con mano firme imponga la disciplina, los tiempos de intervención y la obligación del respeto al escenario incluso, ajuste a temas, evitar señalamientos mutuos y otros tópicos no menos importantes.
Desafortunadamente, la retirada de uno de los participantes generó confusión. Sin embargo, no ayudó que un medio calificara el evento como «exitoso». En situaciones como esta, es importante mantener la imparcialidad y reconocer cuando algo no sale como se esperaba. El fracaso puede servir como una crítica constructiva y una oportunidad para mantener los pies en la tierra. Es fundamental comprender que en la vida a veces se gana y otras se pierde, y que la disciplina y la puntualidad son pilares fundamentales para el respeto mutuo. Además, es esencial recordar que habrá otras ocasiones en las que se requerirá un análisis profundo de fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas (FODA), incluso la posibilidad de admitir errores, ya que el éxito se construye sobre los cimientos de los fracasos.