Fuerza del Pueblo tendría que importar gente que «suene», en SDE

Mirando desde arriba la Fuerza del Pueblo en Santo Domingo Este y observando su «victima», el PLD, pues ese partido actua como vampiro, succionando la militancia morada, vemos que son pocos los dirigentes de «peso» que han logrado importar.

De ellos, el que más suena incluso, por su investidura como diputado, es Rafael Castillo, fuera de él, y claro, de los regidores verdes, que son 4, el resto son ex, o sea, perdedores o quienes abandonadon las luchas por una curul, hace tiempo o mediano tiempo, algunos de ellos incluso, de forma aplastante.

Entre el listado se encuentran eternos aspirantes y perdedores que ahora hasta dizque optan para alcaldía, sin poder alcanzar ni regidurías, como si el nuevo partido les asignara votos automaticamente o algun poder de Marvell.

La Fuerza del Pueblo luce pobre en SDE, a pesar de que se sabe ha tenido un crecimiento importante en militancia , que trabajan día y noche y posiblemente pasen a ser el partido más importante de la oposición después del 2024.

Cuando pasamos la mano por los «nombres históricos» del peledeismo (hoy, mixto), siguen sin aparecer nombres que asombren, salvo muy raras excepciones y desde ya, en algunos lugares, si no es que la corriente de abandonos llega a nuestra ciudad, tendrán problemas para las candidaturas.

Los de más dinero se apresuran a manchar la ciudad con vallas políticas a destiempo, porque creen que empañar el horizonte con sus caras se convierte en popularidad o voto, pero la falta de algo que ofrecer cunde donde quiera que van que, por cierto, siempre van solos, demostrando la soledad de las propuestas y de «tropa».

Asistimos a un encuentro con dirigentes y se pudo constatar esa sospecha… nada que ofrecer, mientras que los prematuros aspirantes enloquesieron al final para hacerse selfies y fotos, como si aquello en vez de una actividad política, fuera una pasarela.

Esa misma actitud se pudo apreciar en un evento incluso, luctuoso, como si lo importante para parte de la militancia, que dicen ser dirigentes, que dicen incluso, aspirar a cargos electivos, sea el figureo desmedido y aun así, no suenan.

Queda la posibilidad de que en el futuro esto cambie y nos asombremos de los nuevos «integrantes» y quien sabe, de algún que otro aspirante, pero por ahora el aburrimiento llegó a mis dedos.

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