Es muy dificil ser imparcial. El ser humano es un animal político toda vez que somos mamíferos que vivimos en comunidad y ello, trae lo político en ciernes.
Cada persona posee preferencias de todos tipos, credos, simpatias políticas, intereses y así, caminan por la vida.
Sin embargo, algunos ejercicios deben estar o tratar de actuar lo más imparciales posibles, aunque en el corazón mande diferente.
Las crónicas deportivas, y todo tipo de periodismo debe tratar de ser imparcial pues, cuando optas por enfrentar a alguien o aplaudir su equipo político, deportivo o de otro tipo a ultranza, conviertes el verbo, el medio, etc, en relacionador público de ese segmento.
Aun así, sin embargo, la verdad posee adversarios y estos, la acción trivial que ejecutan es acusar a las posiciones imparciales de sesgadas, solo porque no concuerdan con ciertas posiciones o diciendo lo real, desnundan intensiones de grupos en un tema específico.
Los hechos son siempre uno, las opiniones se forman según intereses, las opiniones sobre los hechos que luego se convierten en la cacareada «verdad de los hechos» es por la modelación de los intereses, conocimiento, los hechos y los propósitos de cada quien en la búsqueda de sus propios objetivos.
La imparcialidad duele porque dice la verdad de los hechos y si se adicionan antecedentes comprobables, documentos, pasajes con sustentación documental, entonces hay que prepararse para ser atacados, señalados, adversados, por hacer lo que desde el periodismo solo es posible hacer si se quiere ser respetado: Ajustarse a la imparcialidad de los hechos y sus actores.