Prensa complaciente a cambio de publicidad o de esperanzas de esta, sirviendo de speakers de instituciones, copiando y pegando, buscando fotos, complacientes con los funcionarios de turno.
Algunos deciden «mandar fuego» a quien no les ponga banners, a quien «no los tenga en cuenta».
La relación, instituciones y comunicadores, medios y periodistas, se hizo mutuamente dependiente, fomentándose demasiados años.
Este gobierno, sus instituciones y hasta las alcaldías han replicado los métodos fallidos de las anteriores que crearon un ejército de replicadores de los contenidos oficiales y al final, fueron sacados bochornosamente del poder.
La comunicación es un negocio, si se quiere sobrevivir hay que ser competitivo y además, tener un equipo que salga a vender el «medio» para recibir publicidad y alguien que sepa «cobrarles».
Tener un amigo alcalde, director de una institución, ministro e incluso, presidente, no debería… por desgracia, no funciona así, la «fórmula» para que llegue la publicidad o no, sino que la independencia editorial, la «pegada noticiosa» y el prestigio del medio, además, el nicho que cubra, provoque que quien sea, empresarios o el entramado de las instituciones, vean en el «medio», sea cual sea, atractivo para que sus dineros destinados a vender ejecutorias y productos empresariales, se realice a través de ese canal.
El status cuo de interrelación entre medios e instituciones afectan, incluso, que los comunicadores y periodistas terminen siendo objetivos porque están pendientes a no dañar e incluso, a hacerlo, a favor de instituciones o contra ellas, según se esté «pegado o no».
Desde los medios, mantener una voz crítica, fomentada en lo que esté bien, que se publique, pero lo que esté mal, también, es demasiado cuesta arriba ser así y terminan (o terminamos plegándonos)a la interdependencia fomentada por grupos de poder de usar(nos) para objetivos políticos y de grupos de poder, siendo el vínculo la publicidad, la periodicidad y el monto de esta.
La independencia editorial es otra de las especies en peligro de extinción en la República Dominicana.