Es lamentable, vecinos enfrentados en una competencia que debería ser democrática y surgen acusaciones hasta que las partes estarían dispuestas a una desgracia en este match.
Pronto serán las elecciones en esta zona que estrena nuevo parque pero bella y toda, contiene intrínsecamente disputas que tienen que ver con el control de Juntas de Vecino y la pregunta es, más allá del mismo servicio que comanda quien maneje la institución barrial, ¿qué puede llevar a miembros, a vecinos, a amenazarse?
No es el único caso, incluso, hay casos más complicados.
Las Juntas de Vecinos han sido desnaturalizadas durante años, usadas políticamente por el alcalde de turno hasta el colmo que aparecen Confederaciones de ellas que, en ninguno de los casos, han podido probar legalidad pues cada parte dice que la suya es válida pero sin documentos, mientras que Santo Domingo Este posee hoy en sus manos un caos en el tema porque casi todas están desactualizadas gracias al concepto de que el caos, es también una forma de gobernar.
Aunque no en todas, el movimiento comunitario ha sido explosionado por activistas políticos o por quienes entienden que la Junta de Vecinos es una catapulta sea para tener poder dentro de municipio y frente (o junto a la Alcaldía de turno) o bien desde incluso, oposición, mientras los barrios carecen en su mayoría de dolientes que muevan las masas en un liderazgo real a alcanzar metas duraderas y no coyunturales de la política barata de la dádiva y el menudeo.
Mientras se espera que la Dirección en la Alcaldía que tiene que ver con el tema de las Juntas de Vecinos arregle el caos actual, en la Amapola los competidores alzan su voz y el machete en un bochornoso episodio que avergüenza lo racional.
