Un video «filtrado» de un conato de trifulca entre diversos dirigentes, donde incluso aparecen elegidos nacionales, mezcló a personas que estaban allí no porque fueran asignadas, sino por estar «pegadas».
La mezcla y los objetivos, la lucha de egos contra «resultados», provocan que el debate a veces no sea entre iguales, sino entre aquellos que solo comparten la edad y quizás el logo del partido.
El PRM es posiblemente el partido de los «grandes» que muestra más variedad de aptitudes para dirigir y con mucho futuro político, pero como en todas las organizaciones de ese tipo, aparecen aquellos con escasa formación política, los «joviejos» impulsados por los «viejos» y sus mañas, además de otros que aportan talento, conocimiento y formación, así como paciencia y prudencia, aspectos importantes en política.
El estigma que arrastra el PRM es que muchos dicen «son el mismo PRD» (aquel que terminó a sillazos). El «discurso del Cambio» se destrozó el pasado 18 de febrero y en Santo Domingo Este, la delincuencia electoral permitió un fraude bochornoso en las elecciones del 1ro de octubre, sumado a la guerra de «palitos» en la escogencia de los regidores que asumirán. Casos que hacen languidecer la palabra «juventud» al ver a algunos que «suben» con las manos manchadas de dinero sucio y tráfico de influencias de padres, tíos, jefes políticos y «tramposos de toda la vida».
La Juventud del PRM en Santo Domingo Este es como su partido, un crisol de voluntades, diáspora y por primera vez, podrán ayudar a una alcaldía que llegó mediante procesos tramposos. Deben aprender a participar sin mancharse, a soportar el encontronazo entre los reales y los enganchados, entre los elegidos y los «pegados», entre los decentes y los tramposos, entre los que se mueven por su liderazgo y los mañosos del dinero o de las peores prácticas que, desafortunadamente, están presentes en casi todos los partidos del sistema, pero sobre todo, en los numerosos.
Un programa de TV local dijo que hubo una trifulca y desde entes «nacionales» dijeron: «era falso», sin embargo, ocurrió. Aunque no pasó a mayores, es una señal de alarma. La próxima vez, que la habrá, la próxima reunión, deberán tomarse la pastillita o un té de paciencia, saber que todo se filma y alguien siempre filtra. Deben establecer protocolos específicos para evitar confrontaciones entre miembros, y buscar moderadores respetados que puedan mantener la calma. Lo que se vio no emite buenas señales, especialmente porque se sabe que algunos espacios de poder usarán cualquier incidente para apoderarse del partido y expulsar a quienes no estén «con ellos».
Los del PRM deben saber que los ciclos políticos duran ocho años, por lo que para el 2028 podrían salir del poder político en lo presidencial, eventualmente. Es importante tener en cuenta las malquerencias desde ahora, pensando en el futuro, para cuidar la estabilidad local y sobrevivir a los cambios que vendrán inevitablemente.