La encrucijada llamada: Julio Romero

Ni mejor ni peor, sin embargo, quien lleva una vida política es juzgado como tal.

En teoría y práctica, los hombres deben respetar a las «menores» a la hora de seleccionar con quien tener relaciones sexuales, pues ellas, aún, se concluye, amparadas por las leyes que confecciona la sociedad para regular la vida en occidente, no poseen suficiente poder de decisión en una relación con un «mayor».

Romero, para colmos, era diputado, por lo que ocupar un cargo de poder legislativo agravó más el tema.

En aquella época, el cuidado de las niñas y adolescentes aun no estaban tan en la palestra pública como ahora, que existen incluso casas de acogida y la sociedad está mucho más concienciada.

Nunca entenderé por qué un hombre exitoso en lo económico se arriesga a destapar lo «olvidado» en el desván, incluso, con muy pocas probabilidades de materializar aspiraciones, no había necesidad, a no ser un inquebrantable ego.

Romero trató de impulsar a su esposa en el 2016 como diputada, y fracasó, mientras se lanzó él mismo al caro en el 2020 y también, fracasó.

Entró temprano a la Fuerza del Pueblo pues, como lobo político de experiencia, visualizó que el partido se convertiría en el «nuevo PLD» y que desde ahí se podría crecer más que en el muy flaco PRD pero en ambos, sigue siendo el mismo Julio Romero.

El «rechazo» a su candidatura se produciría tarde o temprano, de lo cual tuve la oportunidad de hablar con él personalmente pero Julio, eterno optimista, cree que vale la pena el riesgo y «sonar», por eso había llenado de vallas la ciudad.

Hoy, difunde un video «explicativo» de «qué pasó» en aquella época y comentándolo como error, sin entender que las sociedades rara vez perdonan cuando de este tema se trata, sobre todo cuando la Ley no te ayuda y menos, el presente.

En lo político, tarde o temprano, sus «aportes» de dinero habrán servido al «partido» que ahora paga un «costo político» por obedecer a las encuestas internas pero, quien sabe, termine siendo «sacrificado» por el bien mayor, igualmente, verde.

En la sociedad esta, conviven en demasía menores de edad en discotecas, de hombres buscando prostitutas jóvenes, mientras menos edad, «mejor» (dicen), mientras luego, cuando se conectan a las «redes» o a los medios de comunicación son los primeros inquisidores, así como mujeres que saben que sus esposos se van de «ellas» y por temas económicos quedan atadas al presupuesto familiar… sin embargo, si bien todo eso es cierto y así ha sido el mundo de «toda la vida», delito es delito, tema es tema y la sociedad nunca perdona aunque cumplas tu condena, y Julio, empeñado en estar en los medios aunque sea lapidado o colocado en una cruz, es el único culpable… (con lo fácil que es ponerse a viajar por el mundo o retirarse a una bella y frondosa villa)

En lo personal, ni ahora ni antes y sin dejar de ser un mortal impío que vira la cara cuando me pasa una belleza «joven» por el lado, le corro como el «Diablo a la Cruz» al ver sus caras pues estas te anuncian: «soy menor, ¿quieres destruir tu vida por tenerme?«

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