Pese a intervenciones de cara a la automatización de los pagos, son frecuentes las filas en carriles de Paso Rápido
Mientras en la República Dominicana los peajes funcionan con brazos de seguridad y se avanza en la transición del denominado carril de Paso Rápido, más países en el mundo se mueven al telepeaje, un innovador sistema de cobro, sin menudeo, sin filas, sin barreras, ni cabinas.
El “peaje sin barreras”, como también se le conoce, permite realizar el pago por el uso de la vía sin que el vehículo se detenga, lo que deja atrás las odiosas filas en estas estafetas.
Pero esta modalidad de cobro dinámico parece estar muy lejos de implementarse en el país, donde la mayoría de los usuarios aún paga el peaje en efectivo, lo que deviene en retenciones innecesarias próximas a las estaciones.
A menudo se destaca que los peajes son un medio importante de generación de ingresos públicos para el financiamiento de programas de infraestructura vial. Solo el año pasado, a través de las 16 estaciones bajo el control de la oficialista RD Vial, se recaudaron 8 mil millones de pesos. Entonces, ¿por qué no dar el salto hacia su real modernización?
En el país, la habilitación de carriles exclusivos para paso rápido es la gran apuesta, pegatina que ha llegado a cerca de un millón de usuarios. Sin embargo, no parece ser la solución del problema.
De hecho, el propio ministro de Obras Públicas, Deligne Ascensión, al anunciar una licitación pública internacional para la “modernización y mejora operacional del sistema de cobro de las estaciones de peaje”, en 2022, reconoció que uno de los inconvenientes que se presentan en las estaciones es que “a veces se producen problemas de comunicación que detienen el paso rápido”, debido a que se retrasa la lectura digital de la etiqueta puesta en los vehículos.
El futuro de los peajes
La tecnología de “peaje sin barrera”, una innovadora apuesta a la que ya se suman países de América Latina, consiste en un sistema de identificación del usuario que pasa por una vía determinada de la estación de peaje, mediante un pequeño transmisor que se instala en los vehículos, el cual es reconocido por antenas colocadas estratégicamente en las carreteras.
En este sistema, las cabinas son sustituidas por un arco metálico elevado, dotado de sensores, láser y cámaras para un eficiente funcionamiento. De forma que el vehículo sea detectado a varios metros del ingreso y egreso por el láser que determina sus dimensiones y categoría.
No es extraño encontrar este tipo de tecnología en la red vial de España, Estados Unidos, Chile, Noruega, Australia y Singapur, entre otros. Cada vez son más los países que se suman a la tendencia de peajes inteligentes porque permiten una gestión más eficiente de las infraestructuras y del tráfico. Con todas estas ventajas, surgen preguntas en torno a ¿qué tan lejos está la República Dominicana de sumarse a esta modalidad? ¿Por qué continuar con brazos de seguridad que hacen más lento el proceso de pago?
El ingeniero Víctor González, experto en movilidad y transporte, reconoce que la transición hacia este modelo será un gran desafío en un país donde no todo los ciudadanos están bancarizados, sin embargo identifica algunos aspectos clave para optimizar el sistema de recaudación por peaje en territorio nacional.
Uno de los inconvenientes que ve es precisamente la molestia de los usuarios que tienen demoras significativas en su tiempo de viaje. Además, del malestar extra de conductores que estando en su fila correctamente son afectados por otros que cruzan a los carriles de acceso de cobro automatizado y al no poder realizar la maniobra son desviados hacia otros carriles de pago.
Frente a esta situación, propone penalizar a quienes tratan de romper el orden establecido por el sistema.
González, investigador del Intec, considera que se debe fortalecer el sistema de cobro electrónico como RFID (Identificación por Radio Frecuencia) o sistemas de pago sin contacto para un mejor flujo de tráfico y así se reduzcan los tiempos de espera en las cabinas de peaje.
El profesor de ingeniería sugiere promocionar más el cobro con tarjeta, “ya que la tendencia es al no uso de dinero en efectivo, lo cual muchas veces reduce demoras y retrasos en los pagos por el tema del menudo”.
Reconoce que en períodos de alta demanda se producen demoras fijas significativas en varias locaciones, como es la autopista Duarte, Las Américas, y en varios puntos de la Autovía del Este.
Como parte de la solución, plantea una integración de los sistemas de peaje con la gestión de tráfico para monitorear el flujo de vehículos y ajustar las tarifas de peaje según la demanda, lo que puede ayudar a reducir la congestión y mejorar la eficiencia del sistema.
Agrega que es imperante adaptarse a los avances tecnológicos y a los cambios en las necesidades de los usuarios, como la incorporación de nuevas formas de pago o la implementación de programas de descuento para usuarios frecuentes.
Asimismo sugiere realizar un mantenimiento regular de las instalaciones de peaje para garantizar su buen funcionamiento y brindar un servicio de atención al cliente eficaz para resolver cualquier problema o inquietud de los usuarios.
Por último, González puntualiza que se deben establecer tarifas de peaje justas y transparentes para los usuarios, que consideren factores como la distancia recorrida, el tipo de vehículo y el horario de viaje.