Seguro será difícil averiguar quién indicó al recién estrenado «político» Noboa, conocido por su apellido comercial como Fashion, hacer su entrada a un evento con coordinadores de su campaña a diputado como si fuera una estrella de cine, como si llegara un presidente, como un divo que se apresta a caminar por una alfombra roja.
Chocante porque sus primeros pasos son de un ex-candidato doble que no pasó las primarias en el partido verde y al parecer se arrepintió de ir en las mismas aspiraciones en una plancha alternativa, y la veterana Cristina Lizardo, morada, con aún «Alianza incluida».
Noboa llega hasta con «bocinas tocadas a todo dar» anunciando su llegada como divo, contrario a lo que hacen los políticos normales, incluso, Leonel Fernández y que nunca haría el propio presidente de la república.
El arribo, además, con un jeep con spotlights prohibidos por ley, demuestra que el comerciante que intenta y según mediciones, lo será, ser diputado, confunde el mundo bulloso de los artistas con la política y, en una dicotomía clara que podría hablar muy mal de sus asesores, si los posee.
Llegó una hora y cuarto después de la hora establecida (a lo Leonel, irrespetando los tiempos del que espera) y el formato del evento fue tan insípido como cualquier evento político, desfasados, con una línea de «dizque» dirigentes que llevan sus «voceadores» que le aplauden y discursos totalmente malos, de frases prediseñadas y apatía total.
Es una lástima que los nuevos que incursionan en la política esperen a que «el salón esté lleno» para entrar como «la gran vaina» y con el speaker dando a conocer su entrada como si de la última Coca Cola se tratara, la distancia inmediata entre el «público» y la «mesa principal», textos preestablecidos que aportan 0 a lo que podría ser la nueva política y los resultados, bueno, aburridos como siempre.
Los que incursionan en la política hoy, hacen justo lo que hacían los de ayer, plantean lo mismo que sus antecesores, nacen «viejos» y ni aunque se vendan como nuevos lo serán.
El discurso de Cristina estuvo balanceado, teniendo que soportar que el speaker en una falta de tacto y ética dijera algo evidente pero inadecuado, que todo el voto debería ser verde, sin entender que Cristina no lo será, es morada.
Sobre las palabras de Noboa, nada nuevo, apelando al «Yo», «Yo» y después «Yo», cuando a nadie de los que estaban allí, porque son, en teoría, sus coordinadores, eso le aportará nada, en un momento donde el 80% de las ideas debieron ser como las de Cristina, orientadas a la movilización del voto de una militancia apática y dudosa.
Hubo un segmento realmente penoso, bochornoso, que desnuda el poco tino «político» del candidato pero en este comentario obviaremos el pasaje porque el objetivo es opinar, no dañar.
Noboa es un principiante, la política no es vender productos aunque está claro que por los recursos que posee y la ausencia marcada de liderazgos en la Fuerza del Pueblo debe salir electo. Buscar formas nuevas para diferenciarse del resto, demasiadas «viejas caras» y casi ausencia de la juventud que él, por «fashion», debería estar representando, porque al final, al menos la primera impresión, es simplemente un Copiar y Pegar de esos que gobernaron tantos años y gobiernan pero que aportan nada al mundo que se necesita vivir.