Cada cuatro años llegan, de diferentes tipos, para anidar en el trópico gracias a la campaña electoral.
Llegan del tipo ´»aspirantes a cargos electivos», ya estuvieron muchos de ellos «aquí» antes, tratando de sacar crías, pero solo parieron huevos huecos o dañados, sin que esto les enseñara que, simplemente, no nacieron para ser «nada» más que lo que son.
Algunas de estas «golondrinas» saben que no «ponen», pero conocen a los partidos y saben que, «aspirando», pueden «sacar» (picar) algo que les permita sobrevivir los próximos años y quien sabe, algún que otro puesto si el partido hace buenas alianzas.
Otras golondrinas se acercan llamándose «comunitarios», preocupados por sus comunidades, cada cuatro años igual, buscan algún político tipo golondrina igual o preferentemente nuevos, que no se conozcan, a ver si pueden «picar» algo, poniéndole precio a cada silla, que le llaman «logística».
Los «creadores de movimientos», estos son de la especie que siempre reconocen a los «proveedores», que se inventan, que vuelan más alto que lo que en realidad pueden y logran, con suerte, engañar a algún político desesperado por tener algunas sillas llenas abrumado por la carencia de su propio liderazgo.
En el deporte, algunos astutos se inventaron un día los «primeros saques», los «reconocimientos» y otras artimañas, saben que los políticos golondrinos o impulsados por los dizques comunitarios «inventados» pueden conseguir pelotas, t-shirts y otros implementos y se prestan al juego de la «exclusividad», pero nadie manda en los deportistas, entrenadores y jugadores tienen sus votos con quien no llega cada cuatro años, sino que siempre están ahí.
Ah, sí, los comunicadores y periodistas. Se sabe que el político tipo Golondrina se esconde mientras no están en campaña y hay que activarse, entrevistas huecas: «¿cuáles son sus planes cuando le elijan?» y otras aduladoras preguntas, llamando «candidatos» o «precandidatos» a los aspirantes y, preferentemente, «picando» (algo de logÍstica), porque no se sabe donde se meterán las golondrinas cuando termine la campaña, gane quien gane y pierda quien pierda.
A veces se aventuran a, de forma inocente, retratarse con gestos de adhesión con un político y se queman en toda la campaña, sin saber que las golondrinas, cuando alzan vuelo, cambian los teléfonos o los discontinúan hasta que llegue el verano en cuatro años, y llegue el agosto de todos.
@fdo_buitrago Fernando Buitrago 809-805-8343