Leonel apuesta a que Luis Alberto no gane, no conviene a la Fuerza del Pueblo

La posición de primer lugar de Luis Alberto por encima de Dio y Julio ha generado inquietud en el campamento leonelista, evidenciada en el riesgo asumido al tener a Julio Romero como invitado en su primer Podcast, enfrentándose al posible costo político de esta decisión.

Se ha conocido que los seguidores de Luis Alberto han estado cabildeando durante mucho tiempo con «mensajeros» para presionar a la Fuerza del Pueblo y forzar a Julio a retirarse. Más allá de la voluntad del candidato, otros factores se están jugando que trascienden los chismes y comentarios.

No es necesario argumentar sobre la candidatura de Julio; la realidad no se puede ocultar, y las «redes» han expresado su criterio, reflejando la hipocresía inherente a juzgar las acciones de los demás, algo consustancial a ser «figura pública».

Para la Fuerza del Pueblo, no sería conveniente que Luis Alberto suba sin alianzas, ya que esto fortalecería a los «morados». En teoría, muchos piensan que uno de los objetivos de Leonel Fernández es «dar la última estocada» al viejo partido, y obtener la alcaldía de Santo Domingo Este podría insuflar vida al moribundo imperio «danilista».

Equipos políticos completos que ya estaban comprometidos con Luis Alberto han captado la señal, aunque saben que difícilmente podrán ser dueños del 4to piso. Queda por ver si estas adhesiones a la «candidatura oficial» verde serán suficientes para que Dio alcance a Luis Alberto e incluso lo supere.

Para la Fuerza del Pueblo, que el PRM gane la alcaldía es menos traumático a que sean los morados quienes lo hagan, aún estén aliados incluso, en otras demarcaciones como el Distrito, SDN y SDO.

Es sabido que en una competencia entre Luis Alberto y Manuel, el morado no tenía «nada que buscar». Sin embargo, con las maniobras de las elecciones perremeistas, obtuvo la alcaldía. Ahora, queda por determinar si la señal «leonelista» es más fuerte que la convicción que hasta ahora ha mostrado Luis Alberto y el grado de compromiso para distribuir el «pastel» y evitar que los «aguacates» presten mucha atención al «líder», al «león», al menos, en esta ocasión.

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